Tercera prueba.

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Ron POV.

Los examenes habían finalizado, eramos finalmente libres. Ya no tendría que pasar tardes y tardes en la biblioteca. Mar y Nazaret, gracias a su instinto animago, habían descubierto como Rita obtenía toda la información; era una animaga y se transformaba en un escarabajo. La tercera prueba había llegado. Harry ya nos había avisado que los campeones tendrían que cruzar un laberinto de enormes dimensiones para encontrar la copa, por lo que nos pasamos semanas y semanas ayudando a Harry con los hechizos. Aunque, mejor dicho, Mar y Nazaret fueron las que más le ayudaron con hechizos defensivos. 

Me encaminaba junto a Mar y Hermione hacía las gradas, ya que Nazaret se había ido con Draco hacía tan solo segundos atrás. Agarre la mano de Mar mientras continuabamos caminando, depositando suaves caricias sobre esta. Hermione iba un poco más avanzada que nosotros con no muy buena cara. Al llegar a las gradas, nunca me imagine encontrarme a mis padres, Percy y Bill sentados.

¡Ron! —exclamo mi madre abazandome— Estaba deseando verte. A ti también, Mar.

Lo mismo digo, señora Weasley. —dijo Mar con una sonrisa, mientras la abrazaba—

Bueno, aunque no estais todos, me gustaría presentaros a alguien. —dije, lanzandole una rápida mirada a Mar— La persona que quiero presentaros es mi novia. 

¿Tu con novia? Esto si que es lo más impresionante que he escuchado en años. —bromeo Percy—

Oh venga, queremos conocer a la chica que es capaz de soportarte. —bufo Bill—

La tenéis delante vuestra. —dije, observando a Mar—

¡Lo sabía! ¡Sabía que estaríais juntos! ¡Os lo dije a todos! —grito mi madre emocionada— Bienvenida a la familia, querida.

Lo mismo digo, Mar. Bienvenida a la familia. —comentó mi padre, abrazandola—

Tras un rato de charla y de muchas preguntar, Mar y yo nos despedimos de mis padres y nos sentamos junto a Hermione y unos cuantos más de nuestra casa. El torneo dio comienzo y los campeones desaparecieron a través del laberinto. Todos permaneciamos sentados, sin apartar la vista del laberinto, esperando el más mínimo movimiento que diese el resultado de todo esto. 

Mientras esperabamos, Fred y George continuaban haciendo apuestas para conseguir dinero para su tienda de sortilegios. Ya solían cansarme con ese tipo de apuestas, que no solo eran ilegales sino que también me ponían de los nervios. 

Los segundos, los minutos y las horas pasaban sin resultado alguno. Únicamente habían salido Freud y Krum para ir a la enfermería, de Harry y Cedric no había señal alguna. La noche comenzaba a caer y el fresco nos calaba a muchos los huesos, pero aún así nadie se movió de sus asientos. Mar se abrazó a mi y apreto mi mano en un fuerte agarre, se encontraba totalmente nerviosa. A escasos metros, su hermana agarraba fuertemente el brazo de Draco, nerviosa también por lo que podría pasar.

Nadie sabía que hora era cuando llego Harry. Simplemente todos estallarón en gritos de alegría, mientras que otros observaban la escena pacientemente. Harry se encontraba tirado en el cesped, llorando sobre el cuerpo sin vida de Cedric Diggory. 

¡Ha vuelto! —grito Harry sobre el cuerpo de Cedric—¡Voldemort ha vuelto! 

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¡Ha vuelto! —grito Harry sobre el cuerpo de Cedric—¡Voldemort ha vuelto! 

Dumbledore, junto a otros profesores y los cargos importantes del ministerio, se acerco hacía la escena. Ojo loco se llevo a Harry regañadientes hacía otro lugar más calmado. El señor Diggory se desplomo sobre el cuerpo de su hijo y comenzo a llorar y a llorar sin fin alguno. Atraje a Mar mas hacía mi. Aunque ella y su hermana no eran intimas amigas de Cedric, si que lo conocían de varias veces, además de que ambas eran demasiado sentimentales. 

Ron, por favor, dime que no esta muerto y que es todo mentira. —dijo Mar, al borde de las lagrimas, mirando el cuerpo sin vida de Cedric—

Mar..yo..simplemente lo siento, cariño. —le dije, sosteniendola entre mis brazos—

Mar ahogo un grito y dejo escapar miles de lagrimas abrazada a mi. A escasos centímetros, su hermana abrazaba a Draco mientras dejaba correr un mar de lagrimas. Le acaricie a Mar el pelo y le dije cosas bonitas, pero nada de aquello funciono y no era de extrañar. Aunque Cedric no fuese amigo de muchos de los presentes, su perdida nos había dolido a todos por igual, algunos más que a otros. 

Me lleve a Mar lejos de allí, para que no siguiese observando el cuerpo de Cedric. Hermione se reunió con nosotros a los segundos acompañada de mi hermana Ginny. La gente comenzó a salir rápidamente de allí por orden de Dumbledore. Nazaret se unió también con nosotros. La abrace con mi otro brazo libre, dejando que liberase las últimas lagrimas de dolor en mi hombro. Se me partía el corazón tener a mi novia y a mi cuñada llorando en mis brazos, simplemente no podía verlas así.

Nos encaminamos al castillo, donde nos encontramos con Harry saliendo rápidamente del despacho de Moody. Harry corrió hacía nosotros y nos contó todo; desde lo que conllevo tocar la copa, la muerte de Cedric y lo que acababa de pasar en el despacho de Moody, que había resultado ser un falso Moody. 

No puedo creer que haya vuelto. —dijo Hermione, soltando un suspiro— 

Ahora que todo parecía ir genial, nos damos cuenta de que no. —comentó Nazaret secándose las lagrimas— 

Vamos chicos, Cedric no hubiera querido esto para ningún alumno de Hogwarts. —dijo Mar, tomando las fuerzas que había perdido— Si Voldemort a vuelto, ahora tenemos que estar más unidos que nunca.

Mar tiene razón, chicos. —intervino Harry— Ahora es cuando tenemos que estar más unidos que nunca y ¿Sabéis por que?

Porque somos una familia y la familia siempre se protege y se cuida por encima de todo. —respondió Nazaret con una leve sonrisa— 

Y como somos una familia, eso es lo que vamos a hacer. —añadí—  Vamos a protegernos por encima de todos y vamos a prepararnos para su vuelta.

Si algo teníamos claro desde este día, es que la muerte de Cedric Diggory no sería en vano. Todos juntos lucharíamos día a día por ser mejores y hacer justicia de su muerte. Le daríamos a todos y, sobre todo, al señor Diggory el enorme gusto de ver morir a Lord Voldemort a manos de unos simples niños. Teníamos claro que íbamos a hacer todo lo posible por mantenernos unos a otros y para mantener la concordia en el mundo mágica, una concordia que lleva siglos y siglos y que nosotros íbamos a procurar mantener por encima de todo. 

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora