Algo que perder.

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Draco POV.

Sigo las indicaciones que Mar me ha dado rapidamente. Voy todo lo rápido que mi escoba me permite y, si pudiese ir más rápido, lo haría. Me agarro con fuerza a mi escoba y intento que esta vaya más rápido, pero ya no es posible. A los minutos y, a lo lejos, consigo verla. Ya ha dejado de parecerse a Harry y es completamente ella. Ojoloco va detrás de ella, agarrándose y protegiéndola de los dos mortifagos que los rodean. 

Los sigo y antes de que pueda llegar veo como han matado a Ojoloco. Nazaret lanza un grito de dolor que me desgarra hasta a mi mientras veo como el cuerpo de Ojoloco cae a una rápida velocidad. Me apresuro a llegar hasta su lado. Los dos mortifagos la tienen acorralada y no pienso permitir que nada le pase. Ya he tenido que soportar una muerte y no quiero soportar aún más la suya.

¡Depulso! —exclamo apuntando a un mortifago y luego al otro—

Ambos mortifagos salen lanzados por los aires. Nazaret me mira con lagrimas en los ojos, confusa y apuntándome con su varita. Me quito la mascara que le he robado a mi padre para poder salir rápidamente y al tiro por los aires, mostrándole que no soy una amenaza. 

¡Soy yo, soy yo! —exclamo al ver como me apunta—

¿Y que? —pregunta Nazaret sin dejar de apuntarme—

Que vengo a ayudar joder, no a matarte. —respondo acercándome a ella— Sube, mi escoba es más rápida. 

No pienso subir contigo, prefiero morir. —niega Nazaret aferrándose con fuerza a la escoba—

¡No es momento para tu cabezonería! —exclamo— ¡Así que sube a la maldita escoba!

Nazaret vuelve a negar y continua volando en su escoba. Un mortifago al que no veo venir le lanza un hechizo que acaba dándole en la escoba. Su escoba se parte y veo como ella desciende por el cielo. Vuelo rápidamente en su dirección, estirando mi brazo todo lo posible para agarrarla en cuanto la tenga a tiro. A escasos segundos de tocar el suelo, consigo agarrarla fuertemente y subirla a mi escoba. 

Nazaret suspira aliviada y se agarra la escoba, intentando no tocarme bajo ningún concepto. Aunque no quiera tocarme estamos avanzando algo poco a poco. 

¿Dónde te llevo? —le pregunto mirándola de reojo—

No puedo decírtelo. —responde Nazaret apartando su mirada—

Después de todo lo ocurrido creo que tengo derecho a saber a donde tengo que llevarte. —puntualizo—

A la Madriguera. —dice Nazaret—

Asiento y pongo rumbo a la Madriguera. Como no se cual es el camino, Nazaret debe ir indicándome cada dos por tres que rumbo tengo que tomar o cuando debo girar. Cuando volamos por unos jardines, cerca de la Madriguera, un mortifago nos ataca por la espada y ambos caemos de la escoba.

Agarro a Nazaret con fuerza y la pego a mi pecho mientras giramos en caída libre. Al llegar al suelo, me doy de lleno en la espalda, sintiendo como si se me rompiesen todos los huesos. Sin embargo Nazaret, gracias a mi iniciativa, se encuentra encima de mi, totalmente ilesa.

¿Estas bien? —me pregunta Nazaret y puedo ver un ápice de preocupación en sus ojos—

Un leve dolor, pero sobreviviré. —respondo quitándole importancia al enorme dolor que siento— ¿Y tu?

Si —responde Nazaret, pero veo que su camisa está manchada de sangre—

¿Qué te ha pasado? —pregunto pasando mi varita por la herida, curándola—

Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora