Nazaret POV.
Tras lo de la luna llena, los días comenzaron a pasar rápidamente, tan rápidos que ya solo faltaba un día para la luna llena y para que nos convirtiéramos en algún animal. A todo esto se le sumaba que parecía que la amistad entre Ron y Hermione se había roto por completo, puesto que al parecer el gato de Hermione se había comido a Scrabbers. A pesar de que todos nos negábamos a creerlo, el que Scrabbers hubiese desaparecido y encima hubiese sangre en la cama de Ron no ayudaban para nada. Mi hermana y yo continuábamos pasando tiempo con Hermione, pero de nada servía, puesto que continuaba demasiado triste y sumida en los estudios. Intentamos hacer razonar a Ron, pero siempre se cerraba en banda argumentando que Hermione no sentía lo que había pasado y que no controlaba a esa bestia inmunda. Mi hermana era la que más cansada estaba de la situación, puesto que desde que Ron estaba tan enfadado con Hermione ni le prestaba atención a mi hermana. Intentábamos convencer de nuevo a Ron mientras íbamos al gran comedor cuando recordé que había olvidado mi libro de pociones en mi habitación.
Vuelvo en unos minutos, he olvidado mi libro de pociones. —les avise a los chicos—
Todos asintieron con la cabeza mientras iban a la mesa de Gryffindor. Salí del gran comedor y comencé a caminar de vuelta a las mazmorras con paso apresurado. Entre rápidamente a través del muro, pase por la sala común y comencé a subir las escaleras hacía las habitaciones. Abrí la puerta y camine hacía mi cama, donde se encontraba mi libro de pociones. Lo tome dispuesta a irme, pero al ver el regalo de Draco me quede parada. No quería abrirlo por mi enfado con él, pero a la vez sentía mucha curiosidad de que regalo se trataría. Me senté en la cama, solté el libro de pociones a mi lado y tome la pequeña caja entre mis manos. En uno de los lados del lazo que la envolvía reposaba una pequeña nota. Abrí la nota y pude ver la perfecta y cuidada letra de Draco.
Feliz Navidad, Nazaret.
A pesar de que estemos enfadados no he dejado de pensar en miles de formas de arreglar todo esto. A esto se le suma la complicación para encontrar tu regalo. He tenido que mover muchos hilos, hablar con muchos amigos de mi padre y hacer de todo lo que estuvo en mi mano para poder encontrar tu regalo. En cuanto tuve la oportunidad de ponerme en contacto con él, no dude un segundo en pedirle tu regalo. Espero y deseo, que te guste.
Con cariño, Malfoy.
A pesar de que estaba enfadada con él, no pude evitar soltar una sonrisa al ver aquella nota. Deje la nota a un lado y comencé a quitarle el lazo de color verde a la caja. Mis manos temblaban por lo nerviosa que estaba de saber lo que era. Destape la caja y lo que vi me dejo con la boca abierta. Dentro de la caja había una impecable y reluciente edición del libro de Newt Scamander ''Animales fantásticos y donde encontrarlos''. Encima de este, descansaba otra pequeña nota, solo que en este caso no estaba escrita por Draco.
Estimada Nazaret
El joven Malfoy se puso en contacto conmigo para comunicarme que eres una gran amante de los animales y de lo mucho que admiras mi trabajo y me admiras a mi. Me alegra mucho saber lo mucho que admiras todo lo que hago y continuo haciendo día a día un poco más. También me comento que te faltaba mi ejemplar y que el quería regalártelo, por lo que le envié uno de los primeros firmado por mi mismo y dedicado para ti. Espero que nunca pierdas ese amor por los animales y que sigas valorando el trabajo que yo, y mis otros compañeros, hacemos cada día con los animales. Y si en el futuro sigues amando a los animales como lo haces ahora, desearía verte ocupando mi puesto.
Un cordial saludo, Newt Scamander.
Deje la nota a un lado mientras me sacaba las lágrimas que habían caído por mis mejillas. Por mucho que estuviera enfadada con Draco, debía admirar que el se había esmerado con mucha fuerza en mi regalo. Y no solo eso, también me emocione al saber que se acordaba de mi pasión por los animales y de mi admiración hacía Newt Scamander. Tome el libro con sumo cuidado entre mis manos y lo abrí. En la primera página la letra de el señor Newt Scamander volvía a relucir.
Con todo mi amor y cariño, para mi gran admiradora, amante de los animales y desde ahora, una gran amiga para mi.
Newt Scamander.
Sonreí como nunca antes lo había hecho y presione el libro contra mi pecho lo más fuerte que pude. En aquel momento parecía una niña pequeña de la emoción, pero me daba completamente igual. Guarde la nota de Draco y del señor Newt en mi mesilla. Tomé mi libro de pociones junto al de animales fantásticos y donde encontrarlos y salí de mi habitación. Con paso muy apresurado volví al gran comedor para enseñarle a mi hermana y a mis amigos el ejemplar. En cuanto llegue al gran comedor, corrí hacía la mesa de Gryffindor ignorando aquellas miradas de odio. Me senté junto a mi hermana y los chicos y puse el ejemplar en la mesa. Les conté todo, desde que era el regalo de Malfoy hasta la nota y la inscripción de Scamander.
Malfoy se lo ha currado mucho para simplemente una amiga—comento Ron observando el ejemplar —
Y más cuando estáis así de peleados —añadió mi hermana mirándolo embobada—
Ya os dije que, a pesar de todo, Draco es un buen chico —dije notando como una pequeña sonrisa se apoderaba de mi—
Los gemelos Weasley, Harry y Ginny se sentaron más juntos para poder observar aquel precioso ejemplar. Todos miraban embobados aquel ejemplar y la firma de Newt Scamander. A pesar de que lo tenían en sus narices no podían creer que fuera real. Todos comentábamos cosas acerca del libro cuando una tos falsa se escucho a mis espaldas. Todos levantamos la vista y nos encontramos con los ojos apagados de Hermione.
Hermione, mira lo que me ha regalado Draco —le dije mostrándole el libro con una sonrisa— Venga, te dejo echarle un vistazo.
Muy amable por tu parte —dijo Hermione con voz triste—Hagrid acaba de comunicarme que habrá un juicio en donde seguramente condenaran a Buckbeak.
En aquel momento todo nuestro mundo se derrumbo. La lagrimas comenzaban a amenazar con salir de nuevo. Aquello no podía ser cierto, todo estaba yendo muy bien durante estos días e incluso habías reunido información suficiente para poder ayudar a Hagrid, pero ya todo aquello no valía nada.
Animaos, todo va cambiar —dijo Ron poniéndose de pie— Esta vez todos seremos un equipo de nuevo ¿Qué dices, Hermione?
¡Ronald! —exclamo Hermione con lagrimas en los ojos ablandándose a los brazos de Ron—
Todos estaban absueltos en sus pensamientos, mientras que Ron y Hermione continuaban abrazándose. Dirigí la vista hacía mi hermana, quien miro como Ron y Hermione se abrazaban. Aparto su vista de ellos, agacho la cara y se levantó de la mesa sin decir palabra alguna. Al hecho de todo lo ocurrido con lo de Hagrid, a la pobre de mi hermana se le sumaba esta escena. Vi como salía del gran comedor con los ojos llenos de lagrimas. Rápidamente agarre el ejemplar entre mis manos y salí detrás de ella. Me daba igual no haber desayunado o llegar tarde a clase, ahora lo más importante era ella. La busque por todos los alrededores hasta que la vi llorando en una de las escaleras del séptimo piso. Me senté a su lado y deje el ejemplar a mi lado. Mar tenía la cabeza agachada mientras dejaba escapar miles de lagrimas de sus ojos. La abracé y le acaricié el pelo mientras ella seguía sollozando en mi hombro. Sin duda alguna, mientras la calmaba, aclare mi mente y me di cuenta de que Hermione sentía algo por Ron. Lo sabía por la forma en la que le había abrazado, puesto que mi hermana le abrazaba igual. Pero no solo yo me di cuenta de esto, sino que sabía que mi hermana también se había dado cuenta. Por ello, nos encontrábamos totalmente solas en unas escaleras, mientras mi hermana dejaba escapar todo su dolor e impotencia a través de lagrimas. Si tan solo pudiera hablar y decirle, podría convertir todas estas lagrimas en una enorme sonrisa. Pero en lugar de eso, debía quedarme consolándola y viendo como sufría sin poder hacer nada ni decir nada.
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Complicated Love
AléatoireMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...