El idiota de Viktor Krum.

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Draco POV.

Todos los alumnos de ambas casas ya habían pasado al interior del castillo, por lo que nosotros también pasamos a los pocos segundos. Nos dirigimos hacía el gran comedor, ya que era la hora de la cena. Las alumnas y alumnos de Beauxbatons se habían sentado como podían en la mesa de Ravenclaw, aún muertos de frío, mientras que los de Durmstrang continuaban en la puerta del gran comedor, observando. Como era costumbre, me se senté junto a Nazaret, quien tenía a su otro lado a Zabini. Segundos antes de empezar la cena, los alumnos de Durmstrang se acercaron a nuestra mesa, específicamente a donde estábamos Nazaret, Zabini y yo. 


¿Os importa que nos sentemos aquí? —pregunto Viktor observándonos a los tres— 

Con todas las putas mesas que hay y te tienes que venir a la nuestra, pensé.

Claro que no. —respondió Nazaret con una leve sonrisa— 


Los alumnos de Durmstrang empezaron a acomodarse en nuestra mesa como podían, mientras que Viktor se sentó junto a Nazaret, dedicándole aquella estúpida sonrisa. Y que fue lo peor que Viktor Krum pudo  haber hecho. Desde que se sentó junto a nosotros, Nazaret me dejo de lado y comenzó a practicar alegremente con Krum. A veces, incluso, hablaban en alemán. Lo único que quería en ese momento era lanzar de una maldita patada a Krum lo más lejos posibles y reclamarle que dejara a mi chica en paz, pero no podía hacerlo porque ella no era mi chica. Aunque yo sentía que si. Estaba tan enfrascada en una conversación con aquel estúpido de Viktor que no se dio cuenta cuando su hermana se levanto de la mesa de Gryffindor sin si quiera cenar. En aquel momento la cabeza me hizo un clic. Ella no lo había visto, pero yo si. Me levante de la mesa de Slytherin y salí sin decirle nada, ya que de todos modos, estaba tan entretenida con Krum que no me haría caso. 

Camine por los pasillos, sintiendo como la ira y los celos continuaban acumulándose más y más en mi interior. Si para mi era bastante tener que librar con George, ahora encima tendría que librar con ese estúpido de Krum. Caminaba de nuevo hacía las mazmorras cuando escuche un llanto. Muerto te curiosidad, di la vuelta y camine hacía donde provenía aquel llanto, encontrándome con la imagen que menos pensé que vería. Mar, la hermana de mi amada, se encontraba sentada en una de las escaleras llorando desconsoladamente. 


¿Estas bien? —le pregunte, al mismo tiempo que me sorprendía al escuchar tales palabras salir de mi—

A ti que te importa. —respondió Mar secando sus lagrimas— Si vienes a insultarme o a algo parecido, te pido por favor que te vayas. No estoy de humor.

¿Weasley, cierto? —pregunte dando un paso hacía delante— He visto como miraba a la chica de Beauxbatons. No puedes culparle, ya sabes que son los efectos de las Veelas. 

¡Eso no le hace decir que en Hogwarts las chicas no estamos tan bien! —exclamo Mar, enfadada—

Weasley es un idiota y eso no es anda nuevo. En Hogwarts hay chicas mil veces mas guapas que esas Veelas.

Como mi hermana ¿cierto? —pregunto Mar, levantando la ceja—

T..tu hermana y yo solo somos buenos amigos. —le dije, intentando con todas mis fuerzas ocultar mi nerviosismo— 

Y un cuerno. Si quieres irle con ese cuento a otro, por mi esta bien. A mi no me la das, Malfoy. —dijo Mar levantándose— 

Y tu tampoco la das, Blackesley. —contrataque, intentando evadir el tema— Estas enamorada de Weasley y haces creer a la gente que solo le quieres como amigo.

Lo que yo sienta por Ron no es asunto tuyo. Pero lo que tu sientas por mi hermana si es asunto es mío. Ella es de mi misma sangre. —comentó Mar poniéndose frente a mi—

¿Y te crees que no lo se? No quiero hacerle daño, simplemente quiero estar con ella. —dije soltando un leve suspiro—

Así que.. ¿Admites que la amas, Malfoy? —pregunto Mar con una sonrisa satisfactoria— 

Tu ganas. Lo admito, amo a tu hermana. —respondí volviendo a retomar el paso—

¡Esto no queda aquí! —grito Mar a mis espaldas—


Solté una leve risa. Aunque nos lleváramos como el culo, debía admitir que aquello me había hecho gracia. Continúe mi paso y llegue a las mazmorras. Dije la contraseña y pase hacía la sala común, donde una vez dentro me deje caer en el sofá. Cerré mis ojos y pensé que el día ya no podía ir peor. Primero, el idiota, famoso y perfecto Viktor Krum se tiene que sentar junto a la chica que amo, robándome toda su atención. Y segundo, por si todo lo anterior fuera poco, su hermana se ha enterado de lo que siento. Ahora tendría el miedo de que Mar podría decírselo en el momento que quisiera, como venganza por todas las veces que me meto con ella y sus amigos. Aunque, si lo analizaba fríamente, ella jamás le diría nada, porque si no entonces le diría yo a Weasley lo que ella me ha confirmado. 

Absorto en mis pensamientos, mis celos y mi ira, no note cuando todos los de Slytherin entraron en la sala y, menos aún, cuando Nazaret agarró un cojín y empezó a darme con el.


Oye, oye. —le dije arrebatándole el cojín de las manos—

¿Por que mierda te vas de la cena sin decirme nada? He estado como una loca buscándote. —dijo Nazaret cruzándose de brazos—

Porque estabas tan absorta hablando con el idiota de Krum que no te diste cuenta que tu hermana se levanto sin cenar. —le espete soltando un suspiro—

Krum no es ningún imbécil, eso por un lado. Y por otro lado ¿lo de mi hermana va enserio? —pregunto Nazaret—

Si, va muy enserio. La vi llorando en una de las escaleras, por el idiota de Weasley. Hablamos durante unos minutos. —respondí encogiéndome de hombros—

¿La consolaste? —pregunto Nazaret aflojándose la corbata—

Se puede decir que si. —respondí observando cada uno de sus movimientos—

Eso fue muy noble por tu parte, Draco. —dijo Nazaret con una sonrisa, dándome un beso en la mejilla—


Una sonrisa de oreja a oreja se formo en mi cara. Si por ser así me daba besos en la mejilla, empezaría a comportarme así más a menudo. Le sonreí de vuelta, notando como un leve rubor corría por mis mejillas. Rápidamente, le desee buenas noches y subí corriendo a la habitación de chicos, antes de que mi rubor comenzara a notarse más. Sin duda alguna, esta noche dormiría con muchísima alegría. 


Complicated LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora