Nazaret POV.
Tras hablar con mi hermana, al día siguiente comenzamos nuestro plan. Por su puesto, nadie sabía lo que íbamos a hacer. Aquello era entre mi hermana y yo. Una vez hecho, ya veríamos la forma en que lo diríamos a los demás. En la clase de Herbología, mi hermana se encargo de coger dos hojas de mandrágora y escondérselas en su túnica sin que la profesora Sprout se diera cuenta.
Ahora mismo, nos encontrábamos en la clase del profesor Snape, preparando una nueva poción. Mi hermana me había comentado que una vez que fuese a coger uno de los ingredientes, yo distrajera al profesor Snape para que él no se diera cuenta de lo que mi hermana cogía. En cuanto el profesor Snape se acercaba a mi mesa, mi hermana se fue hacía el armario con la excusa de que le faltaba un ingrediente. Era el momento para distraerlo.
Profesor Snape —le llame cuando paso por mi lado— No podré cortar los ingredientes, así que necesitare a alguien amable que se ofrezca a hacerlo.
Yo mismo puedo hacerlo profesor —se ofreció Draco—
Gracias por tu oferta, Malfoy. Prefiero que la señorita Parkinson le corte los ingredientes —dijo el profesor Snape dándose la vuelta—
Intente volver a llamarlo, ya no solo por lo de mi hermana, sino también para quejarme de a quien me había asignado. En cuanto se giro, mi hermana volvía justo a tiempo a su mesa. Me miro y levanto el pulgar, en señal de que había tomado los ingredientes para la poción. Pansy se situó de mala gana a mi lado y comenzó a cortarme los ingrediente de mala gana. Los ingredientes estaban cortados muy malamente, por lo que levante mi mano para llamar al profesor Snape.
Déjalo, yo lo arreglare —dijo Draco poniéndose a mi otro lado—Ya puedes irte, Parkinson. No vamos a necesitar tu ayuda por aquí.
Pansy resoplo con mala cara y volvió a la otra mesa con sus amigas. Draco tomo los ingredientes que Pansy había cortado malamente y comenzó a cortarlos de una forma más correcta. Mientras que Draco arreglaba los ingredientes, yo me dedicaba a observarlo de reojo. Parte de su pelo caía por su frente, casi rozando sus ojos. Sus nariz se arrugaba cuando no cortaba bien y sus labios se curvaban levemente en una pequeña sonrisa cuando le salía bien. Detrás de Draco, pude ver mi hermana y Ron nos miraban. Ron me miraba con la ceja levantada y una pequeña sonrisa, mientras que mi hermana tenía dibujada una pequeña sonrisa en su cara.
Listo, ya puedes echarlos al caldero. —me dijo Draco sacándome totalmente de mis pensamientos—
Muchas gracias, Draco —le dije dándole un beso en la mejilla—
Draco me sonrió y volvió con su caldero. Desde la visita a Hogsmeade, mi relación de amistad con Draco iba cada vez mejor. A pesar de que Draco solía mostrarse muy frío con todo el mundo, conmigo era más amable y simpático. Tome los ingredientes y los fui echando en la poción según ponía en las instrucciones. Cuando la clase terminó, solo había unas pocas pociones buenas. Únicamente, la de Draco, la de Hermione, la de mi hermana, la mía y la de Ron. La de Ron seguramente por toda la ayuda de mi hermana. Saliendo de clase junto a Draco y Zabini, dos figuras se colocaron a cada uno de mis lados, haciendo que Draco y Zabini se apartaran un poco.
Y tenemos aquí a una de las mejores.. —comenzó a decir Fred con una sonrisa—
Buscadoras que Slytherin ha tenido nunca... —finalizo George pasando un brazo por mi hombro—
¿No estáis enfadados? —pregunte mirando a ambos gemelos—
¿Por que íbamos a estarlo? Solo sentimos pena de que una buscadora tan buena como tu no sea de Gryffindor —dijo Fred dándome un beso en la frente—
¡Y yo que chicos! —se quejo Harry a los gemelos—
Tu también eres bueno, Potter. Pero ya sabes... —dijo George encogiéndose de hombros— Esta chica se sale.
Muchas gracias, chicos —les dije a los gemelos— Después de la comida no tengo mas clases ¿Qué tal si nos vemos todos luego en el patio?
¡Estupendo! ¡Se lo diremos al resto ahora en la comida! —exclamaron ambos gemelos mientras se alejaban—
Le dedique otra sonrisa a los gemelos mientras observaba como se alejaban. Draco y Zabini volvieron a situarse a mi lado cuando los gemelos se fueron. Aunque esta vez, Draco parecía un poco molesto. Decidí dejarlo pasas y continuamos caminando juntos hacía el gran comedor. Al entrar, buscamos un sitió en la mesa de Slytherin y nos sentamos los tres juntos. Zabini y Draco se sentaron a cada lado mío, dejándome a mi en medio. A mitad de la comida, unas cuantas lechuzas entraron en el comedor para soltar el correo. Mi lechuza llego y me soltó algo enorme totalmente envuelto. Aquel regalo venía junto aun vociferador. Mire a mi hermana por si ella también lo había recibido, pero no tenía nada entre sus manos. Abrí el vociferador con manos temblorosas. La voz de nuestra madre sonó por todo el comedor en cuanto lo abrí por completo.
¡Nazaret Blackesley!, Tu padre y yo estamos muy orgullosos de que hayas entrado en el equipo de Quidditch de Slytherin y que encima le hayas quitado el puesto a ese presumido de Malfoy. Se lo hemos contado a toda la familia y todos están tan orgullosos de ti como lo estamos nosotros. Espero que lo paséis bien estas navidades allí en Hogwarts. Os enviaremos vuestros regalos y el de los chicos. Os echaremos mucho de menos estas navidades.
PD: En el paquete va el uniforme que nos pediste y otro regalo de nuestra parte. Esperemos que te ayude y te demuestre lo tan orgullosos que estamos de ti.
Un beso y un abrazo de parte de papa y mama.
Todo el comedor se encontraba mirando a la mesa de Slytherin, en especial mi hermana. El vociferador se destruyó en cuanto termino, por lo que decidí tomar el paquete y abrirlo. Tenía unas ganas inmensas de ver que me habían regalado. Abrí el paquete con suavidad y me encontré con la saeta de fuego. Me quede con la boca abierta. La saeta de fuego era el último modelo de escobas que había salido y que costaba un pastón. Todos el comedor se encontraba mirando con atención la saeta de fuego mientras comentaban en voz baja entre ellos. Mire hacía la mesa de Gryffindor, en donde pude ver como mi hermana se levantaba de la mesa con lagrimas en los ojos. Me levante rápidamente, dejando la escoba en la mesa y corriendo detrás de ella.
¡Mar, espera! —le grite siguiéndola por el pasillo— ¿Qué pasa?
¿Qué me pasa? —repitió Mar con voz dolida— Me pasa que somos hermanas y nuestros padres ni se acuerdan de ti. Me pasa que yo continuó con una escoba antigua y veo que tendré que ingresar en el equipo para que me regalen otra.
Yo no tengo la culpa y lo sabes —me excuse mientras suspiraba—
Lose, hermanita. Tu no tienes la culpa de nada —dijo Mar mientras las lagrimas volvía a asomar— Es solo que siento que a ti te quieren más porque eres buena, estudiosa, respetuosa y nunca formas líos. Mientras que yo soy la que siempre estoy metida en líos y causando problemas. Ya viste en la clase del profesor Snape.
Tu también ers buena, estudiosa y respetuosa. Y yo también formo líos, hermanita. Ya viste cuantas veces he estado castigada. Y se que estaremos más veces castigadas. Porque somos así y aunque no lo fuéramos, somos amigas de personas que siempre se meten en líos —la anime consiguiendo que soltará una risa— Así que no vuelvas a decir eso nunca más.
Ella sonrío y se seco las lagrimas. La abracé y le frote suavemente la espalda. Me dolía muchísimo verla así. Ella siempre es al fuerte de las dos, la que siempre aguanta todo lo duro y todo el peso. Ella era un persona extremadamente dura y no se dejaba influir por cosas tan simples. Pero verla tan vulnerable, me partía completamente el alma. Cuando nos separamos del abrazo, ella me dio un beso en la frente y me dedico una sonrisa. Seque una de las últimas lagrimas que resbalaban por su mejilla y juntas volvimos al gran comedor para terminar de comer. Al llegar de nuevo a la sala común, ella volvió a darme un corto abrazo antes de dirigirse con sus amigos. Viendo como marchaba a su mesa, me dirigí hacía la de Slytherin, en donde Draco y Zabini admiraban mi escoba asombrados.
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Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...