Nazaret POV.
Las vacaciones de navidad se fueron, por lo que Hogwarts volvió a estar tan lleno como siempre. A pesar de que mi hermana y yo no habíamos ido a casa por navidades, habíamos pasado una de los mejores navidades junto a nuestros amigos. El regalo que me dio Draco seguía en mi mesita, esperando ser abierto alguno de estos días, puesto que continuaba sin hablarme con él. El día de al luna llena había llegado y la poción estaba completamente lista, por lo que mi hermana y yo nos escaparíamos por la noche, puesto que la poción debía recibir los rayos directos de la luna. Para no levantar sospecha alguna, pasamos el día como cualquier otro. Desayunamos, asistimos a clase, comimos, hicimos los deberes en la biblioteca y cenamos. Hicimos lo que hacíamos todos los días, por lo que nadie sospecho lo que nos traíamos esta noche entre manos. Cuando la cena termino, me despedí de mi hermana y mis amigos como hacía habitualmente y volví a unirme con los de Slytherin para ir a los dormitorios.
¿Te gusto mi regalo? —pregunto Draco acelerando su paso hacía mi—
No lo he abierto todavía. —le respondí intentando sonar fría, pues aún estaba molesta con él—
Deberías abrirlo —dijo Draco mientras entraba detrás de mi a las mazmorras—
Ya lo abriré. Buenas noches, Malfoy —dije subiendo rápidamente las escaleras—
Fui la primera de las chicas en subir rápidamente al dormitorio. Antes de que ninguna de las otras entrara, me puse una ropa más cómoda y me metí en la cama totalmente vestida, para salir lo más rápido posible en cuanto todas durmieran. Me asegure de que no se veía nada de ropa y cerré los ojos fingiendo dormir. A los minutos, Pansy y las demás chicas entraron hablando y riendo. Sus voces se escucharon en la habitación durante un largo tiempo, hasta que se dejaron de escuchar y la habitación cayó en un profundo silencio. Abrí un poco los ojos y vi como todas las chicas estaban en sus correspondientes camas durmiendo plácidamente. Sin hacer ruido, me levante de mi cama, tome la varita y salí de la habitación. Camine escaleras abajo lo más rápido y silenciosamente posible que podía. Salí de las mazmorras y comencé a caminar por los pasillos con sumo cuidado de que nadie me viese. Me dirigí hacía la entrada del castillo, pues allí es donde había quedado con mi hermana. En cuanto llegue a la entrada, me puse detrás de uno de los grandes pilares que había para que nadie me viese. No se cuantos segundos o minutos pasaron hasta que finalmente llegó mi hermana. La vi atravesar el pasillo rápidamente, con la respiración agitada y empuñando su varita que transmitía un poco de luz.
Siento la tardanza, pero Ron me ha entretenido con que tenía que ayudarle con transformaciones —se disculpo Mar cuando llego a mi lado—
Tranquila y respira, solo llevo un poco aquí —le dije mientras salíamos del castillo— He traído las tijeras, para añadir un poco de pelo nuestro a las pociones.
Fenomenal, antes de eso deberemos escupir la hoja de mandrágora que llevamos en la boca desde hace un mes —me explico Mar mientras caminábamos hacía el bosque— Luego, añadimos nuestro pelo y dejamos que la luz de la luna llena bañe la poción y por último la bebemos.
Y después de eso tenemos que pronunciar aquel hechizo por la mañana y por la noche mientras con la varita apuntamos a nuestro corazón, no lo olvides —añadí con una sonrisa—
¿Qué te regalo Draco? —pregunto Mar—
Ni idea, aún no lo he abierto —respondí encogiéndome de hombros—
Estaba feliz, a pesar de que íbamos a quebrantar un número de normas de gran tamaño. Al aproximarnos al bosque, nos adentramos hasta donde cubría la luz de la luna. Mi hermana sacó dos frascos de su túnica y me tendió uno a mi. Destapamos los frascos y escupimos la hoja de la mandrágora en nuestro frasco correspondiente. Tras eso, saque las tijeras y ambas nos cortamos un poco de pelo que añadimos a la poción. Todo estaba completamente listo ya, solo faltaba que los rayos de la luz llena dieran en aquellos frascos. Mi hermana puso los dos frascos encima de una roca que había a un lado de nosotras. Nos sentamos frente a los frascos. Los observábamos esperando que la luz de la llena cayese sobre ellos y poder beber de una vez. Ninguna de nosotras supo cuanto tiempo paso, pero después de un enorme tiempo, la luz de la luna llena baño los frascos que reposaban en la roca. Cuando la luz se aparto, mi hermana y yo corrimos hacía los frascos, los tomamos entre nuestras manos y nos lo bebimos sin más. Después de beberlos, sacamos nuestras varitas y, apuntando a nuestro corazón, pronunciamos el hechizo. Tras esto, solo quedaba esperar que hubiese una tormenta eléctrica para poder volver y pronunciar el hechizo de forma definitiva.
Mi hermana volvió a guardas los frascos en su túnica y ambas comenzamos a salir del interior del bosque. Casi salíamos de allí cuando escuchamos un enorme aullido. Ambas nos giramos rápidamente mientras empuñábamos nuestras varitas. Miramos durante unos instantes, pero no vimos nada, así que decidimos apresurarnos. Ya sabíamos por comentarios de Hagrid que el bosque esconde a criaturas buenas, pero también esconde a criaturas bastante temibles, y mi hermana y yo no íbamos a quedarnos a comprobar si eso era cierto. Aceleramos nuestro paso hacía el castillo. En cuanto atravesamos la entrada, me despedí de mi hermana, puesto que nuestros caminos hacía las habitaciones eran totalmente distintos. Ahora solo teníamos que esperar tan solo una semana más y finalmente podríamos ver en que animal nos transformamos.
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Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...