Ron POV.
Por alguna pequeña obsesión que Harry no quería contarnos, tenía una gran una urgencia por hablar con Sirius, así que entre todos logramos idear un plan; Fred y George iban a distraer a Umbridge con todo lo que tuviesen a mano, Nazaret, Mar, Ginny y yo vigilaríamos el pasillo y Hermione y Harry se colarían en el despacho de Umbridge y usarían la chimenea para comunicarse con Umbridge.
Hermione y Harry habían entrado hacía tan solo unos minutos, así que me paseaba a través del pasillo vigilando que no viniese nadie. Varios alumnos pasaron por el pasillo, pero nada que debiese avisarse.
Esto es un rollo. —dijo Mar soltando un suspiro— Odio tener que estar esperando.
Lose, pero es por una buena causa. —la anime depositando un beso en su frente—
Nos estamos jugando el pellejo para que Harry se entere de algo que ni siquiera nos cuenta. —intervino Nazaret arqueando las cejas—
Estamos hablando de Harry, él siempre ha sido así de raro. —comento Ginny con tono jocoso—
Volvimos a dividirnos y a pasear por el pasillo, atentos a que no se nos escapase nada. No sabíamos cuanto tiempo llevábamos esperando, pero Filch se asomaba por las escaleras con bastante prisa. Avise a las chicas y estás rápidamente golpearon la puerta para después salir corriendo a escondernos.
Filch entró, estuvo unos segundos dentro y luego salió bastante feliz mientras besaba un papel que sostenía entre sus manos. A los segundos, Harry y Hermione asomaron la cabeza por la puerta y, viendo que no había nadie, salieron con bastante precaución.
Por los pelos. —dijo Hermione soltando un suspiro—
Esperemos que el arriesgarnos de esta manera haya servido para algo. —comento Nazaret cruzándose de brazos—
Ha sido de mucha ayuda y sin vosotros no lo habría conseguido, muchísimas gracias. —dijo Harry con una sonrisa—
Somo un equipo y esto es lo que hacen los equipos. —intervino Mar entrelazando nuestras manos—
Los gritos de la profesora Umbridge llamaron nuestra atención. Rápidamente nos dirigimos al primer pasillo, que era de donde provenían los gritos. Un gran número de alumnos se encontraban bastante apretujados mirando la escena. Con mucho cuidado, conseguimos hacernos un hueco entre todos ellos para observar lo ocurrido. No solo estábamos alumnos, sino que también se encontraban profesores, fantasmas y los miembros de la brigada. Fred y George ocupaban el centro de la escena, dejando claro que acababan de ser pillados.
¡Muy bien! —grito Umbridge, quien estaba frente a George y Fred— ¿Os parece muy gracioso convertir este pasillo en un pantano—
La verdad que sí. —respondió Fred con una enorme sonrisa—
Ya tengo el permiso, señora. —dijo Filch pasando entre los alumnos— Tengo el permiso y tengo las fustas preparadas. Le pido por favor que me deje hacerlo.
Muy bien, Argus. —dijo Umbridge y señalo a Fred y George— Ustedes dos van a saber lo que les pasa a los alborotadores en mi colegio.
¿Sabe qué le digo? —replicó Fred— Que me va a dar a mi que no. Ya somos bastante mayorcitos para estar internados en un colegio y más aun cuando lo dirige usted.
Tienes mucha razón, hermanito. —coincidió George con una sonrisa—
Es hora de que pongamos a prueba nuestro talento en el mundo real. —prosiguió Fred—
Desde luego. —finalizó George—
¡Accio escobas! —gritaron ambos al unísono mientras levantaban sus varitas—
Un fuerte ruido se escucho a lo lejos. Todos los alumnos nos agachamos a tiempo. Las escobas de mis hermanos, habían sido arrancadas de donde estaban atadas y habían cruzado a toda pastilla el pasillo hasta llegar a sus propietarios. George se acerco hacía nosotros, le rodeo a Hermione la cintura y la beso. Después, junto a Fred, se subió a la escoba y ambos salieron volando.
Hasta nunca. —dijo Fred mientras sobrevolaban sobre nosotros—
No se moleste en enviarnos nada. —añadió George con tono sarcástico—
Si alguien necesita algún producto urgentemente, podéis preguntarles con total confianza a las hermanas Blackesley. —anunció Fred con una sonrisa— Ellas tienen muchos de nuestros productos.
¡Y también podéis pasaros a nuestra tienda, Sortilegios Weasley, en el número noventa y tres del callejón diagon! —grito George— Allí podréis encontrar pantanos como estos.
¡Hacemos descuentos muy especiales a los estudiantes que le hagan la vida imposible a Umbridge! —exclamó Fred con una enorme sonrisa—
¡Detenedlos! —les grito Umbridge a los miembros de la brigada—
Los miembros de la brigada se encogían de hombros, puesto que no podían hacer nada. Todos mirábamos a mis hermanos con una enorme sonrisa y satisfacción. Ambos volaron alrededor de todo el alumnado, cabreando aún más a Umbridge. Fred se detuvo al lado de Peeves.
Hazle la vida imposible por nosotros, Peeves. —le dijo Fred para después salir volando—
Peeves, quien jamás había obedecido a un alumno, se quitó su sombrero con cascabeles de la cabeza y les hizo una ostentosa reverencia a mis hermanos, quienes daban una vuelta al vestíbulo en medio de aplausos apoteósicos. Después de dar la vuelta y de despedirse de nosotros, ambos salieron volando por las puertas del castillo y desaparecieron de nuestra vista.
Umbridge miraba todo con una odiosa mirada. Le jodía muchísimo que esto la hubiera superado. Cabreada a más no poder, abandono la escena y se dirigió hacía su despacho.
¡Mi madre va a culparme de esto, pero me da igual! —exclame con una sonrisa— ¡Han jodido a esta mujer y eso es lo que más me encanta!
¿Por qué iba a culparte? —pregunto Mar—
Seguramente dirá que pude haberlos retenido aunque tuviera que colgarme de sus escobas. —respondí encogiéndome de hombros—
No se como han podido abrir un negocio. —intervino Hermione con duda—
Nosotras le hemos dejado algo de dinero. —comento Nazaret—
Y yo les di todo lo que me dieron en el torneo de los tres magos. —añadió Harry—
¡Eso es genial! ¡Ahora mi madre os culpara a vosotros y no a mi! —grite— ¿Puedo decírselo?
Si eso hace que no acabe matándote, claro que si. —respondió Nazaret encogiéndose de hombros—
Sonreí y volví a mirar hacía la puerta, recordando la imagen de hacía tan solo apenas unos segundos. Sin duda alguna, esto iba a traer algo bueno y algo malo. Lo bueno sería que iba a haber más sortilegios y que los alumnos se enfrentarían más a esa zorra de Umbridge. Y lo malo de todo es que Umbridge iba a ponerse más dura por esto y haría que nuestra estancia fuese peor que el infierno. Pero mientras nos tuviésemos a todos, sabíamos que podríamos sobrellevarlo.
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Complicated Love
RastgeleMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...