Nazaret POV.
Después de acompañar a Hermione a la enfermeria por el problema de bubotubérculos junto a mi hermana, volví con Draco. Agarre su mano y ambos nos dirigimos hacía nuestra primera clase del día; Cuidado de criaturas mágicas.
Deberías conocer a mis padres. —comento Draco, mientras bajabamos la colina—
Ya los conozco, Draco. —le dije, encogiendome de hombros—
Ya sabes a lo que me refiero, debes conocerles como mi novia. —dijo Draco, dando suaves caricías en mi mano—
Tu padre me odia Draco, ¿Es que acaso lo olvidas? —le pregunte, soltando un suspiro—
No, no lo olvido. Me da igual lo que opine mi padre, quiero que te conozcan como mi novia. —respondió Draco—
Lo iremos viendo, Draco. Aún es muy pronto, además tu también deberas conocer a los mios. —le dije con una sonrisa—
Draco me devolvió la sonrisa y continuamos bajando la colina para ir a la cabaña de Hagrid. Ya habíamos terminado de dar los unicornios, por lo que no sabíamos con que nos sorprendería Hagrid en la clase de hoy. Al llegar a la cabaña, arrastre a Draco a la primera fila. Detrás de nosotros se situaron Crabbe y Goyle, mientras que tres pasos a nuestra izquierda se encontraban mi hermana con nuestros amigos.
Hagrid salió y fue sacando unas cuantas cajas, que fue situando a un lado de la cabaña. Todos nos acercamos para ver de que animales se trataban. Pensabamos que volveríamos a cuidar escregutos, pero no es así. Dentro de las cajas se encontraban unos animalitos negros con aspecto esponjoso, que nos miraban sorprendidos sin parpadear siquiera.
Son escarbatos. —dijo Hagrid, obteniendo la atención de todos los alumnos— Se encuentran sobre todo en las minas. Le gustan las cosas brillantes, observad.
Uno de los escarbatos salió rápidamente de la caja y fue directamente hacía Pansy Parkinson para arrebtarle de un mordisco su pulsera. Otro de los escarbatos salió de la caja y fue directo hacía mi hermana, arrebatandole el collar que llevaba en el cuello.
Tranquila, Mar. Juro que lo soltará y te lo devolvere. —dijo Hagrid, nervioso—
Tranquilo, que se lo quede. Me lo regalo mi amigo Stefan y siempre lo he odiado, me hace un favor. —dijo Mar, encogiendose de hombros con una sonrisa—
Prosigamos pues. Los escarbatos resultan muy útiles como detectores de tesoros. —prosiguió Hagrid con una sonrisa— Pensé que hoy podríamos divertinos con ellos ¿Véis eso? He enterrado algunas modenas de oro. Tengo preparado un premio para la persona cuyo escarbato coja mas monedas. Quitaos todas las cosas de valor antes.
Todos espezaron a quitarse cualquier clase de objeto valioso que llevasen encima. Agarre uno de los escarbatos y lo acaricie suavemente. Había olvidado quitarme la pulsera de serpiente que Draco me regaló, por lo que el escarbato no tardó nada en robarmela y guardarsela. Me reí levemente.
¿Que es tan gracioso? —pregunto Draco con su escarbato en brazos—
Me ha robado la pulsera de serpiente que me regalaste de una forma poco discreta —respondí—
¡Tiene que soltarlo! —exclamo Draco, coguiendo mi escarbato y zarandeandolo— ¡Sueltalo maldito bicho, sueltalo ya!
¡Basta, Draco! —le grite, haciendo que parara— Solo tienes que acariciarle la barriga y lo echara sin más.
El escarbato escapo de las manos de Draco y se lanzó hacía su pelo, agarrandolo con fuerza y tirando de él todo lo fuerte que podía.
¡Auch, Duele! —se quejo Draco— Haz que pare, por favor.
Se cree que tu pelo es oro y quiere guardarlo. —me reí, acercandome a él—
Tomé con suavidad al escarbato y le acaricie suavemente la barriga, consiguiendo que expulsase la pulsera. Lo solté en el suelo con suavidad y me puse la pulsera. Los escarbatos entraban y salían de la tierra con gran agilidad, como si su vida fuese únicamente hacer eso. Cuando un escarbato tenía bastantes monedas, corría y se las daba a su respectivo dueño. Hagrid nos había indicado que eran monedas de leprechaun, por lo que no merecía la pena esconderlas. Al final de la clase, el escarbato de Ron fue el que más monedas le llevo, por no decir casi todas las monedas escondidas.
¿Se pueden tener de mascotas en una casa, Hagrid? —pregunto Ron atrayendo toda mi atención—
Destrozan las casas, no creo que a ninguna de vuestras madres les agrade esa idea. —respondió Hagrid, haciendo una mueca—
Que pena, son unos animales bastante fantásticos y monisimos. —intervine, soltando mi escarbato en la caja—
Por ser vosotros, si tanto os gustan podéis venir a estar un rato con ellos y jugar siempre que queráis. —dijo Hagrid con una sonrisa— Incluso si queréis podéis ponerles nombres.
Eso sería genial. —dijo Mar con una sonrisa—
¡Nos vemos en la próxima clase! —exclamo Hagrid, metiendo las cajas en la cabaña—
Todos los alumnos volvieron a ponerse sus objetos valiosos y comenzaron a caminar ladera arriba de nuevo para nuestra siguiente clase; transformaciones. Al llegar a la entrada del castillo pude ver a Hermione, por lo que le aconseje a Draco que se adelantase a clase mientras yo hablaba con Hermione. Le di un casto beso en los labios y fui hacía Hermione junto al resto.
¿Qué tal estás, Hermione? —le pregunte, mientras caminabamos hacía clase—
He estado mejor, pero gracias por preocuparos. —respondió Hermione, soltando un suspiro— He estado pensando en la enfemería de que tiene que haber un modo de que Rita escuche lo que decimos.
¿Puede que nos escuche con algún aparato muggles de eso? —pregunto Ron—
Los aparatos muggles no pueden funcionar aquí, ya os lo hemos dicho miles de veces chicos. —respondió Mar—
Pues debemos averiguar la forma con la que Rita se enterá de todo y debe ser rápido. —dijo Harry mientras entrabamos a clase— No podemos dejar que nos manipule y nos amenaze durante más tiempo.
Desde este momento, nuestro único plan era averiguar como Rita conseguía escuchar toda nuestras conversaciones y descubrir que se traía entre manos esa arpía. Moveríamos cielo y tierra hasta averiguar que tipo de truco usaba esa basura de Rita para ingeniarselas y escuchar todas nuestras conversaciones. Así que Rita, no estes tan tranquila, porque igual que tu vas a por todos nosotros, todos nosotros vamos a ir por ti hasta dejarte en la mierda.
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Complicated Love
RandomMar y Nazaret Blackesley son dos hermanas con una familia bastante conocida. Toda su familia había contado siempre con una buena fortuna, por lo que ambas eran por así decirlo ricas, pero eso no les hacían creerse más que nadie. Mar era una chica de...