Tiempo junto a los Matsuno (Matsunos x Reader)

Libertad - • OneShot Osomatsu • -

Libertad — • ❤️ OneShot Osomatsu ❤️ • —

Ya llevaban tiempo siguiendo aquella rutina, no era algo malo en realidad, te dejaba entrar a su casa, te alimentaba -si, la mayor parte del tiempo tenías que obligarle a que te acompañase en la comida-, pasabas tiempo con él y al final del día le tratabas como alguien querido para ti. Era tu trabajo y no te molestaba en realidad. Eras dama de noche, él te contrataba un día si y un día no, solamente a ti.

—¿Qué quisieras hacer ahora? —La comida de Matsuyo siempre estaba estupenda. No te arrepentías de mantener contacto con la familia Matsuno.

—No lo se, ¿jugar? —No tenía muchos ánimos de hacer algo, pero por ti, sería capaz de intentarlo aunque fuese un poco.

—¿A qué quieres jugar, Osomatsu? —No ibas a negar que te gustaba coquetearle de vez en cuando. Más tratándose de un chico con atractivo como él.

—A que solamente me mires a mi y quien guarde silencio por más tiempo gana —Si, su expresión era neutral. No estaba bromeando.

—Son juegos algo inesperados —No sabías decir si te encontrabas confundida o algo desilusionada ante sus respuestas a tus coqueteos.

Si, hasta la fecha, sin importar tu trabajo, no habían tenido sexo.

—Tengo mucho en que pensar —Ya no le molestaba aquella decisión por sus hermanos, solamente le daba un bajón cada que recordaba esto, casi siempre.

—¿Tus hermanos? —Cuestionaste de manera ligera. La confianza entre ustedes había crecido con el pasar de los días, sabías la situación por la cual estaba pasando.

—Esos bastardos —Bueno, algo de irritación seguía dentro de Osomatsu al recordar todo el asunto.

—Supongo que debe ser difícil separarte de las personas que más amas —Suspiraste tratando de encontrar las palabras correctas—. No tener más opción que dejarlos crecer sin ti...

—¿Te ha sucedido algo similar? —Ahora estaba curioso sobre ti. Siempre hablaban de él, más nunca de ti. Políticas del trabajo.

—Tuve que separarme de mi pequeño —Las políticas del trabajo se podían ir al carajo, a este punto, confiabas en él—. Todo sea por su bienestar, aún si eso signifique sacrificarme a mi misma~

—Oh... —No tenía mucho que decir. Realmente le había asombrado la manera en que te habías expresado.

El sonido del reloj era lo único que lograba romper aquel silencio que se había formado entre ambos.

—¿Y él se encuentra bien? —Quería saber más sobre ti, pero tampoco quería llegar a hostigarte o molestarte.

—¡Por supuesto! Lo visito cada fin de semana, algo cansado pero lo que sea por él —La sonrisa inocente en tu memoria era lo que te obligaba a seguir adelante.

—¿Por qué trabajas en esto? —La pregunta que tanto rondaba en su cabeza desde que te conoció finalmente salía de entre sus labios.

—No es que me guste, solamente que no hay muchos lugares que te paguen tal cantidad sin experiencia laboral, ¿sabes? —Reíste tratando de restarle importancia a tu situación.

—Si alguien te propusiera comprarte para toda la vida, ¿aceptarías? —Su corazón latía con tanta fuerza que temía que fuese audible para ti.

—¿Ah? ¿Quién iba querer comprar...? —Tuviste que ahogar tus palabras al notar la seriedad con la que te observaba. Era una clara advertencia de cero idioteces ahora.