Tiempo junto a los Matsuno (Matsunos x Reader)

Héroe - • OneShot Karamatsu • -

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—Escucha, por última vez, no tengo interés en abrazarte, ¿entiendes? —No querías ser grosera, es solo que necesitabas hacerle entender que la petición te resultaba incómoda.

—Lo entiendo... —Parecía estar avergonzado y arrepentido, de cierta manera, logró hacerte sentir mal, pero no quisiste retractarte de tu decisión.

Te alejaste de él tratando de evitar volver a pasar por aquella zona en un futuro. No se miraba con malas intenciones, pero no querías arriesgar tu integridad y seguridad por suposiciones. Desde ese día no volviste a verlo en realidad, inclusive, habías logrado olvidar aquel capítulo incómodo en tu vida. Solo, fue una coincidencia y ya, algo que jamas volvería a repetirse. Era verdad, aún cuando recordabas perfectamente sus ojos y sus expresiones, verlo era algo que resultaría meramente imposible.

Un golpe te sacó completamente de sus pensamientos.

—A-Aléjate... —Murmuraste. Odiabas ser observada con aquella mirada. Era un asqueroso depredador.

—Eres muy linda~ —Esa risa te causaba nauseas. Querías huir pero tus piernas temblaban. Tenías que reaccionar o sería demasiado tarde.

Te tomó de la muñeca y te arrastró. Trataste de gritar pero nadie se encontraba a tu alrededor, la calle estaba completamente sola. Tu corazón latía con fuerza debido al miedo que te dominaba. Estabas aterrada. Querías que alguien te salvase. Quien fuese. Parpadeaste asombrada al observar el lugar. Estabas de regreso en el puente.

Él se encontraba ahí.

—Disculpen... —Agradeciste tanto oírlo hablar en dirección a ustedes—. ¿Todo se encuentra bien?

—No te metas —El agarre en tu muñeca había aumentado provocando que el dolor se concentrase con creces.

—No estaba hablando contigo, impertinente —Chasqueó la lengua. Su mirada estaba centrada en ti. Siempre lo había estado.

—Deja en paz a mi novia si no quieres que te muela ese rostro por tratar de hacerte el héroe —Estaba mintiendo y el miedo evitaba que tu voz saliese.

—Sería capaz de darte una lección si fuiste tú quien provocó el terror en una bella dama como ella —Estaba siendo agresivo. No era él, pero, ver ese miedo en tu rostro le hacía enfurecer y sentir frustración.

—¡Muévete! —Lo empujó con el hombro y trató de llevarte con él. No querías irte de ahí, temías no poder regresar.

—¿Te encuentras bien? —Volviste a escucharlo hablar. Su mano rodeaba tu muñeca libre impidiendo que te alejases.

Había tanta preocupación sincera en su voz que las lágrimas que habías tratado de contener se deslizaban libremente por tus mejillas.

—No... —Volteaste a verlo sonriendo con el miedo presente en tu rostro—. Ayúdame...

—¡Maldita! —Todo paso tan rápido. Solo sabías, que ese sujeto, estaba dispuesto a molerte a golpes.

Ningún golpe llegó a tocarte, por ahora estabas presenciando la escena de verte ahora entre los brazos de tu salvador. Te estaba sonriendo tan amablemente que tu corazón se estrujo.