La promesa (Ichimatsu)

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¿Por qué mis padres deben irse justo en estos momentos? -Pregunte algo dudosa rascando mi nuca nerviosamente. Pude ver por la ventana que el auto de mis padres se alejaba de nuestro hogar. Bueno, casa sola.

Dando media vuelta, empece a caminar a paso despreocupado hacia mi cuarto, cerré mis ojos. Después de todo ya conocía mi casa de memoria como la palma de mi mano, no podía golpearme con nada. A menos que sea yo.

¡Demonios...! -Me queje por lo bajo abriendo mis ojos exaltada, pateé algo irritada la mesa que había sido movida provocando que chocase con ella. Me fui cojeando hacia mi cuarto donde apenas llegue ya me había tumbado a mi cama- Espero y lleguen pronto... -Susurré antes de cerrar mis ojos. Estaba empezando a dormitar pero unos extraños sonidos de la cocina hicieron que me pusiera alerta.

Suspiré y exhalé intentando tranquilizar el alarmado bombardear de mi corazón, admitió que soy muy miedosa y el oír ruidos de mi cocina cuando mis padres están fuera, resulta ser muy sospechoso. Tome un par de botas antes de salir de mi cuarto, no tengo armas así que es lo único que me queda. Camine a paso tembloroso en dirección a la fuente de los sonidos. Hasta que una visión hizo que soltase las botas abruptamente debido al susto y parálisis que se había adueñado de mi cuerpo.

¿Q-Quién eres tú...? -Balbuceé mi pregunta acobardada al sentirme presa de aquella profunda mirada. Aquel chico que vestía aquel singular mandil con grandes manchas de sangre las cuales adornaban igualmente en la mascara estilo "Jason" que poseía así como sus armas, que eran una daga y un martillo. Temblé en mi lugar al ver como este se paraba del asiento en el que se encontraba.

¿Acaso eso importa~? -Pregunto con un claro tinte de burla antes de acercarse a paso lento hacia mi. Mi cuerpo se encontraba paralizado, no podía despegar mi mirada de aquellos ojos morados. Al quedar frente a mi simplemente alzo su gran espada sonriendo aún más de forma alocada- Adiós~ -Dijo antes de bajar con fuerza su daga. Estaba perdida. Todo había terminado para mi, sin poder despedirme de mis padres.

No. ¡Esto aún no acaba!

No... -Balbucee antes de agacharme y darle un cabezazo en el estómago, aprovechando que este se agachaba debido al dolor, salí disparada en dirección a mi cuarto, no pensé ni en un segundo en voltear detrás de mi. Quería escapar de el. Quería vivir y no dejaría de hacerlo por ese estúpido sujeto.

¡Idiota! -El grito que soltó hizo que un estremecimiento invadiese mi cuerpo completamente, sin siquiera dudarlo cerré mi puerta poniendo el seguro. Empecé a moverme en círculos pensando en que hacer. La policía, ellos sabrían que hacer. Corrí a la bolsa donde estaba mi celular para luego marcar con varios errores de dígitos antes. El sonido del marcando estaba sonando tan lentamente a comparación de los pasos acelerados del invasor de mi casa.

Hola, muy buenas tardes, ¿Cuál es su emergencia? -Escuche esa voz. Juro que casi lloraba de la alegría. Sin dudarlo me acerque a la ventana en caso de que el asesino pudiese entrar a mi cuarto. Así al menos podría escalar y bajar antes de que notase que me encontraba ahí.

Soy... -Empecé diciendo mi nombre, mi ubicación principalmente y el hecho de que un aparente asesino se encontraba dentro de mi hogar. Pregunto por mis padres a lo cual respondí que se encontraban fuera. Empezó a decirme que tuviese calma y que pronto iba a mandar refuerzos. Agradecí con voz temblorosa para luego colgar. Hable lo más bajo posible, espero no me haya descubierto.

¿Terminaste de hablar? No quisiera interrumpir tu preciada llamada con la policía~ -Dijo en un claro tono de advertencia logrando que un chillido asustado escapase de mis labios. Un golpe contra mi puerta hizo que reaccionase volteando hacia ella bruscamente logrando que mi cuello doliese, el maldito había clavado su daga en mi puerta. Si continuaba así, tumbaría mi puerta o podría llegar a la perilla y quitar el cerrojo. Tenia que hacer algo y rápido.

A-Aléjate... -Intente sonar segura pero sonó más como un pequeño susurro, me encontraba lo suficientemente asustada como para reaccionar correctamente, mire la ventana. Era mi única opción, corrí hacia ella abriéndola bruscamente para luego salir por ella con sumo cuidado, mis manos temblaban al igual que mi cuerpo. Creo que fue mala idea ir por este lado. Mire hacia abajo mareándome con la vista al estar en segundo piso. Cerré mis ojos para luego abrirlos bruscamente al sentirme liberada. Me había soltado. Mire como todo pasaba en cámara lenta, cerré mis ojos nuevamente no queriendo ver mi final. Morí yo sola, que estúpida forma de morir. Doy tanta pena. 

Sabes que el trabajo de un asesino es asesinar a su víctima mientras se divierte.... Tu solo arruinas mi trabajo... -Chasqueó la lengua irritado sosteniendo mi mano desde mi ventana provocando que mi cuerpo se balanceara en el aire. Abrí mis ojos volteando hacia arriba, no se si aliviarme por no morir o asustarme por ser él quien me salvara. Trague saliva dificultosamente antes de mirar hacia abajo, tal vez si me dejara caer... No, igual saldría lastimada y no podría huir.

Me dan ganas de dejarte caer~ -Dijo más para si mismo entrecerrando sus ojos en señal de duda. Estaba perdida, no tengo nada con que defenderme sin morir o lastimarme y quedar más inútil en el momento. Hasta que escuche las sirenas de la policía frente a mi casa, estaba salvada. Solté un pequeño grito de gozo mientras al mismo tiempo escuchaba un gruñido de su parte, de forma brusca me subió nuevamente a mi cuarto arrojándome al suelo.

Joder... -Gruñí adolorida de la espalda, voltee a verlo de manera enfadada pero a los instantes el ya se encontraba sobre mi viéndome de la misma manera. Parece que estaba de mal humor y que un asesino este de ese humor no es muy buena idea cuando tu eres la víctima.

Parece que esos idiotas llegaron a tiempo~... -Soltó entre una carcajada irónica antes de fijar su completa atención en mi. Cerré mis ojos al sentir un fino corte en mi mejilla. Me ardía con un demonio. Abrí un ojo esperando cualquier movimiento sospechoso de su parte. Pero el escuchar como los policías interrumpían en mi hogar hizo que mi corazón latiese apresuradamente. Tenía esperanza. Anhelaba poder vivir. Continuar viviendo- Duerme... -Dijo para luego sentir como mi cabeza perdía el sentido. Un liquido extraño empezó a impedirme ver correctamente. Caí dormida sin más.

. . .

"¿Ah?" -Abrí mis ojos adolorida, todo me daba vueltas. Aún seguía en mi hogar, pude notar que habían policías dispersados hablando algo lo cual no lograba entender, enfermeros estaban a mi alrededor enfocándose en mi cabeza. Parece que me había dio un golpe lo suficientemente fuerte como para noquearme. Sentí como mi cuerpo era levantado para posarlo sobre una camilla.

"Volveré" -Me dijo antes de lamer de forma lenta la sangre que brotaba de la herida de mi mejilla. Es lo último que recuerdo entre los momentos en que me encontraba mareada por el sorpresivo golpe. Cerré mis ojos siendo vencida por el agotamiento.

"Cuando quieras, imbécil" -Pensé decidida, esta vez no me iba a dejar vencer. La próxima que el viniese estaría preparada, y esta vez yo iba a ser la vencedora. Lo haría pagar por lo que me hizo. Era una promesa.

-/ >u< -/

Pos me emocione :u
Me gusto este apartado :^)

Al fin escribo algo que no es cursi xDD

Tengan buen sábado :^)

Tiempo junto a los Matsuno (Matsunos x Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora