Tiempo junto a los Matsuno (Matsunos x Reader)

Arte - • OneShot Ichimatsu • -

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"Lo más hermoso de mi vida es verte sonreír, cuando te inspiras, al concentrarte, al demostrar sin pena alguna ser tú mismo"

No llevabas mucho de haber salido de la universidad, las clases habían acabado y no tenías mucho que hacer debido a que las vacaciones estaban por llegar. Estudiabas en la facultad de artes, así que, sería entretenido ir y experimentar un poco. Con ese pensamiento, te era más sencillo reconocer hacia donde dirigirte.

—¿Qué quieres? —Fue el primer cuestionamiento que te recibió al llegar.

Si, te habías dirigido a la casa de tus mejores amigos, en este caso, quien te recibió, fue Ichimatsu.

—Primero que nada, buenas tardes —La educación ante todo.

—¿Qué quieres? —Repitió nuevamente su pregunta sin inmutarse.

—Acostarme contigo en el futon —No era tu culpa que fuese tan atractivo.

—¿Eh? —Aún no podía acostumbrarse a tu forma tan coqueta de ser. Su sonrojo lo delataba.

—Y que me dejes pasar porque esta haciendo un calor del carajo —Ese lugar era como tu segundo hogar.

Ingresaste al hogar sin siquiera dejarlo responder. Retiraste tus zapatos y los acomodaste perfectamente para no causar molestias. Diste un par de pasos volteando a todos lados esperando observar a uno de los integrantes de la familia Matsuno. Nadie, tal vez por eso Matsuyo había actuado diferente cuando te la topaste minutos atrás.

—¿Quién te invitó? —Ni se sorprendió por tu actitud, era natural.

—Tu mamá —Mirabas a tu alrededor—. Me vio llegar y dijo que te echara un ojo~

—Tch... —Si se lo creía, su mamá estaba desesperada por tener nietos.

—Ahora hazme algo de comer, ¿no? —En verdad te estabas muriendo de hambre.

—¿Disculpa? —Si no fueras su amor platónico ya estarías fuera de su casa.

—Por favor —Parpadeaste un par de veces con esa sonrisa llena de picardía.

—. . . —Suspiró al tomar rumbo a la cocina—. Te traeré un pedazo de pastel y si quieres.

—Gracias —Ya se había ido hacia allá sin siquiera oírte—. Eres un enojón muy lindo~

Decidiste caminar en dirección a su habitación, te era relajante tumbarte en ese sofá color verde que tanto te encantaba. Con ese pensamiento, ingresaste y sin pena alguna te arrojaste sobre el. Cada que lo hacías recordabas el porque te gustaba tanto.

—Toma —Lo escuchaste regresar. En sus manos traía una rebanada de pastel y un vaso de leche.

—Gracias —Lo ayudaste a poner los alimentos en la mesa—. Aquí~ —Palmeaste al costado del sofá.

—Yo no... —Tragó saliva. No podía negarte nada por mucho que lo pensara—. Bueno.

—Vine aquí por una razón —Jadeaste gustosa al probar ese sabroso pastel.

—¿Comer grátis? —No podía controlar sus nervios de forma física.

—También —Reíste al ser algo obvia—. Vine por ti —Era la más pura verdad.