Karol
Las manos de Osvaldo acarician mi vientre, sintiendo cada una de las pataditas que da mi bebé. Sus manos suaves y a la vez tan cálidas, excepto por las callosidades en las puntas de sus dedos. No recordaba así su piel. Las manos de Ruggero eran así por la cantidad de cremas hidrantes que usaba por las asperezas que le formaba la guitarra. El recuerdo casi me hace reír. Siento una gota caer en mi hombro y me doy cuenta de que está llorando, no digo nada al respecto que pueda alejarlo o avergonzarlo.
—Ruggero estaría más que contento —murmura Osvaldo, deslizando su mano por mi vientre y sintiendo otra patadita. Este bebé será igual de inquieto que su padre.
“Lo sé” Quiero responder, pero el sueño me termina ganando y me quedo plácidamente dormida.
La alarma suena a las cuatro y media. Abro los ojos, extrañada por la oscuridad en la que me quedé dormida. Desde que Ruggero y Lionel se fueron, siempre he necesitado una luz encendida y la puerta abierta, pero todo es diferente ahora. Los brazos de Osvaldo están rodeando mi cintura, mientras ronca como un oso. Me giro lentamente para no despertarlo.
La simple imagen me lleva a sollozar como una idiota. Mi corazón me grita algo, pero mi mente está completamente encaprichada con otra. Me juro a mí misma estar viendo a Ruggero, la forma en la que ronca, en la que sus ojos están cerrados y relajados. Acaricio sus párpados, sin desear que se despierte y me encuentre en esta situación.
Por Dios. Mi corazón late a toda prisa, sintiendo la esperanza crecer en mi pecho.
Ruggero y Osvaldo son muy parecidos, prácticamente idénticos, pero yo conozco a mi hombre. Conozco cada detalle de su rostro, de su cuerpo, cada cicatriz y cada acción. Este chico que duerme a mi lado es Ruggero aunque mi cabeza me grite que estoy loca, que estoy alucinando.
Si tan sólo pudiera besarlo, eso aclararía todas mis dudas. Los besos de Ruggero son tan recordables, la suavidad de sus labios, el aroma y el sabor a menta de su lengua. Cada maldito detalle lo recuerdo como si fuera ayer.
Mi lado racional me obliga a pensar que Ruggero si está muerto, me costó mucho asimilarlo para ahora plantearme dudas sólo porque estoy encontrando más semejanzas de Ruggero en Osvaldo. Debe ser el embarazo, las hormonas y mi sensibilidad están a flor de piel.
Además, si el hombre acostado a mi lado fuera Ruggero. ¿Por qué me lo ocultaría? Es ridículo. Esa última pregunta es lo único que necesito para descartar cualquier planteo acerca de que Ruggero está vivo.
Lo que si haré, es volver al hospital hoy para buscar a aquel chico de cabello rubio. No conozco a dos Lionel a diferencia de Ruggero. Aquel chico era idéntico a Lionel y sólo necesito ver si lleva ese tatuaje de estrella en su nuca para demostrarlo.
Mi cabeza es un desastre imaginando que quizás estén vivos, jamás me había echo un planteo así hasta hoy. Nunca encontré semejanzas de Ruggero en Osvaldo hasta hoy, el mismo día en el que vi a ese chico en el hospital.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanficSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...