➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ②

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Karol

El primer día del instituto luego de las vacaciones de invierno tan desastrosas que viví, no es nada bienvenido. Las clases me estresan, todos hablan solo del maldito baile de graduación que vestido se pondrán o con quien irán. Yo sólo quiero terminar lo más rápido posible este último semestre y al fin marcharme de Seattle. No soporto estar un momento más aquí.

—Hola Karol —escucho a mis espaldas.

—Hola, Osvaldo ¿cómo te va? —pregunto, sin sacar la mirada de mi libro.

—Creo que bien, todos me miran... me siento algo fuera de lugar. Le advertí a Bruno que era una mala idea mudarme aquí e inscribirme en el mismo instituto que a Ruggero —me contesta.

—Eres la viva imagen de Ruggero. Es normal. Agradezco que te hayas quedado —le digo, ciertamente hasta para mí es extraño verlo y no pensar que es Ruggero.

—Si, me sentí muy mal por no haber estado en su funeral. La idea de descubrir que tenía un hermano para perderlo casi instantáneamente no fue bien recibida —agacha la mirada y asiento—. En la clase de Química escuché a una chica decirle a otra que yo era Ruggero y que había fingido mi muerte.

—Quiero apostar a que sé el nombre de esa chica... —gruño.

Observo como la zorra recuperada de Jazmín menea sus caderas por el pasillo del instituto junto a sus perritas falderas, se ven tan ridículas con esos gorros combinados y no puedo aguantar las ganas de reír. Jazmín se percata de ello y lamentablemente camina hacia mí frunciendo el ceño.

—¿Como está la viuda? —se burla. Ni siquiera levanto la mirada y sigo en mi lectura de Jane Austen.

—No la llames así —le dice Osvaldo, poniéndose delante de ella.

—Así que tú eres la copia de Ruggero de la que todos hablan. Wao, es sorprendente su parecido. Quizás seas un poco más inteligente que él y te mantendrás alejado de esta santa convertida en puta que arrastra a todos a su miseria —escupe, repleta de odio hacia mí.

—¿Ya terminaste tu discurso de mierda? Bien, entonces sigue tu camino —le gruño, agarrando mi libro con fuerza.

—No te hagas la santa. Todos aquí sabemos que si Ruggero, Lionel y Michael están muertos es porque tú dejaste entrar a tu círculo al loquito de Dario, ya sabía yo que ese chico estaba repleto de venganza.

—Sí lo que digas... —le contesto con indiferencia.

Levanto la mirada un nanosegundo para encontrarme con su rostro que tira fuego, por supuesto que no le gusta que no le siga su teatrito, pero después de tantos meses llenos de drama, ya no me dejo llevar por el impulso asesino de arrancarle los cabellos.

—Escuché que todos creían que Ruggero y Lionel habían escapado juntos... hasta ti. ¿Creíste que te habían dejado fuera de su jueguito sexual? —dice entre risas, pero la ignoro—. Dime Karolcita, ¿de quién eres viuda? ¿De Ruggero o de Lionel? O... ¿De ambos? —escupe, llena de veneno.

No aguanto más y me pongo de pie, caminando lentamente hacia ella y dándole un empujón a Osvaldo para que salga del medio. La miro cara a cara.

—Escúchame víbora, ve a tirar tu veneno a otra parte—gruño.

—Cuéntame Karol... ¿Cómo es coger con dos hombres a la vez? Te hace sentir empoderada, ¿verdad? Tener el control completo de sus cuerpos y de sus penes... —me provoca.

—No seré parte de esto —le digo, levanto los brazos en alto y me doy media vuelta.

—Dime Karol... ¿Cómo te sientes al pensar que jamás volverás a verlos, ni tocarlos y es toda completamente tu culpa?

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora