Karol Sevilla:
Tengo el corazón partido en mil pedazos, quiero desvanecerme en este instante. Deseo que la tierra me trague. No puedo ser testigo de cómo le rompí el corazón a Ruggero, pero es algo que debía hacer si quería terminar de una vez con él.
Todo ha cambiado, todo lo que tenía pensado se desvaneció. Aunque me duela esta decisión, quiero pensar que estoy haciendo lo correcto. Hace unos momentos, Lionel me ha confesado algo que me hizo cambiar todos los aspectos de mi vida y que me hizo replantearme sobre mi relación con Ruggero.
Flashbacks:
—Promete que contestaras mis mensajes... —dice y yo asiento, lo abrazo por última vez y camino dentro del aeropuerto—. ¡Espera!—grita, alcanzandome adentro.
—¿Qué sucede? —lo miro preocupada.
—¿Sabes por qué me mude tan cerca de ti? ¿Sabes por qué no me ha importado nada acerca de mi vida solo con estar a tu lado?
—¿A dónde estás tratando de llegar? —digo, volviéndome hacia él.
—Hace unos meses me diagnosticaron “leucemia mieloblástica aguda indiferenciada” —siento que el alma se me salió del pecho, retrocedo buscando sentarme en las bancas de espera.
—¿Tienes cáncer? —mi voz se rompe y las lágrimas fluyen por mis ojos—. No puede ser—niego con la cabeza, él se inca ante mí y sorbe su nariz.
—Fue el motivo del divorcio de mis padres. Mi papá se ha encargado de hacer todo para que yo esté bien—alejarte de mi—, mi madre por su parte se encerró en la oficina de la empresa y solo la veo en las quimioterapias.
—Espera, ¿estuviste yendo a quimioterapias? ¿Y tu pelo?
—Te sorprendería saber que han inventado unos cascos a base de hielo para evitar que se me caiga, es decir, por eso he cambiado mi look—lanza una risa, como si todo fuera un chiste.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —lo miro fijamente a los ojos.
—No quería que te quedaras conmigo por pena. Los médicos dicen que la radiación de las quimioterapias no están dando mucho resultado y me dan pocas esperanzas. Quería que volvieras porque me amas...
—Por supuesto que te amo Lionel, lo sabes—lo abrazo, mojando su hombro con mis lágrimas—. No me iré a Chicago, me quedo—digo, levantándome para buscar a mi madre y decirle que se cancela.
—No detengas tu vida por mí—me dice, tomando mis manos.
—Ven conmigo—digo sin pensar.
—¿Qué? —parece confundido.
—Ven conmigo y luego haces que alguien envíe tu equipaje—le propongo.
—¿Por qué me iría contigo? —lo miro confundida—. Es decir, por supuesto que quiero irme contigo pero...—hace una pausa—. ¿Por qué tú quieres que vaya contigo?
—Porque si no puedo quedarme, quiero que estés lo más cerca de mi—en el tiempo que le quede.
—No lo sé, Karol...
—Por favor—me abrazo a sus hombros.
Fin de flashbacks.
—¿Nos vamos? —le digo, subiendo las escaleras mecánicas una vez más.
—Se lo veía triste—murmura.
—Su mejor amiga se está yendo a la otra punta del país, es comprensible—le miento, mientras las ganas de romperme a llorar y correr tras él luchan en una batalla interna.
Ruggero Pasquarelli:
Termino otro shot de vodka mientras deposito con firmeza el pequeño vaso en la barra, ha sido una muy mala idea venir a un bar con mis problemas psicológicos y amorosos. Lo más probable es que rompa algo, me pelee con alguien y vuelva a casa en una patrulla.
—¿Mal de amores? —dice una voz proveniente de un cuerpo borroso sentado a mi lado, según con lo que puedo aclarar es una mujer. En este momento estaría necesitando mis gafas, puedo visualizar su cabello negro, largo y su cuerpo delgado.
—Era el amante de mi mejor amiga y ella se fue con el puto Lionel—gruño, sacando un cigarro y encendiendolo.
—Creo que no puedes fumar aquí. Vamos a la terraza y me cuentas. ¿Va? —asiento, levantándome tambaleante.
Continuo nuestro camino subiendo las escaleras y acercándonos al balcón donde las parejas se besan, abrazan y aman. Mientras yo soy con condenado perrito faldero enamorado de esa mujer que me volvió completamente loco.
—¿Me das fuego? —me pregunta la mujer, apretando el cigarro con sus carnosos labios. Acerco mi encendedor a ella y una vez encendido vuelvo a meterlo en mi bolsillo. Le da una calada y el aroma desconocido invade mis fosas nasales.
—Eso no parece simple tabaco—digo, mirándola fijamente. Intentando tener una visión más clara de su rostro.
—Tienes razón, es marihuana—le da otra calada profunda.
—No he llegado a esas aún—ella ríe.
—Y nunca lo hagas, es peor que el tabaco.
—¿Me vas a mezquinar una calada?
—Una calada y ya habrás saltado de este balcón, no quiero ser la responsable de tu muerte.
—Anda, por favor—río, acercándome a ella. Ahora la veo con mucha más claridad, tiene unos ojos azules hermosos y penetrantes. Utiliza tacones por lo que es unos centímetros más baja que yo.
—Ya te dije que no—ríe, dándole otra calada a su porro.
—¿Cómo te llamas, pelinegra?
—¿Para qué quieres saberlo? Mañana de todas formas no lo recordarás—acaricia mi mejilla con ternura.
—Tengo una gran memoria, aún con unas copas.
—Alexandra—dice por fin.
—Ruggero—extiendo mi mano hacia ella, Alexandra sonríe y la apreta.
—Ahora cuéntame de tu mejor amiga y el puto Lionel—dice, calmando sus risas y asentando la espalda en las barandillas del balcón.
—Te haré un breve resumen. Karol estaba de novia con Lionel cuando empezamos a sentirnos atraídos, cuestión que yo guardaba un gran secreto para ella y él no lo sabía. Entonces no podía terminar con Lionel, siempre daba vueltas sobre eso y hasta el día de hoy no lo sabe. A todo esto, seguramente ya están en Chicago porque Karol supuestamente se iba a pensar con quien iba a quedarse pero decidió antes de subirse al avión—no puedo evitar quebrarme al decir todo en voz alta.
No más Karol y Ruggero. No más Ruggarol como solía llamarnos Valentina, no más.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...