Luego de una exquisita cena con junto a mi hermana y a mi padre, volvemos a la mansión donde Valeria nos espera con las maletas en la puerta.
—Cariño, no sabía que llegabas hoy —le dice Carrik, acercándose y besandola en los labios. Aparto la mirada.
—Fue imprevisto, pero encontré un médico excelente en Francia. Me gustaría que viajaramos mañana mismo, sólo vine a buscarte... —le dice, sus ojos llenos de preocupación.
—¿Mañana? —murmura Carrik sorprendido —. ¿Por cuánto tiempo?
—Te dará un tratamiento de tres meses, intensivo —le contesta, mientras busca su mirada pero Carrik tiene los ojos en el suelo.
—En dos meses será la cena de aspirantes a Stanford, Karol fue seleccionada —dice, haciendo ahogar con mi propia saliva.
—Intentaremos regresar aunque sea unos días, pero si no nos vamos Carrik. Quizás no tengas dos meses...
Carrik suelta el aire que tenía contenido, se acercó a abrir la puerta de la casa y nos hace ingresar a todas. El silencio es tan incómodo que la único que se escucha son las rueditas de las maletas de Valeria, siendo arrastradas por el suelo.
—Déjenme a solas con Valeria, por favor hijas —dice Carrik, metiendo las manos en el bolsillo y sacando un sobre de papel.
Le hacemos caso y ambas subimos las escaleras a zancadas hacia mi habitación, nos sentamos en la cama y nos quedamos mirando fijamente. Hasta que a Valentina se le ocurre hablar..
—No creí que fuese tan grave —dice un gruñido.
—Yo tampoco —respondo.
Mi celular comienza a sonar y el nombre de Ruggero aparece en la pantalla, cuelgo al instante no puedo con todo a la vez. Puede esperar.
—¿Era Ruggero?
—Sí.
—¿Por qué no lo cogiste?
—No tengo ganas de hablar con él. Es muy reciente todo esto...
—Vale.
Decido irme a dar una ducha, relajar mi cuerpo y alejar mi mente de cualquier tipo de pensamiento que pueda cortar mi paz. Entro al cuarto de baño, quitándome toda la ropa que llevo desde ayer y limpiando los restos de maquillaje con las toallitas húmedas. Tengo unas ojeras importantes. Abro el agua para que se caliente, mientras giro el espejo del baño para observar mi cuerpo. Ahogo un grito y me llevo las manos a la cara, estoy repleta de chupones. Mis pechos, el cuello y parte de los brazos. Quedo horrorizada ante tal bestialidad. Si en caso y ellos me hicieron esto, los voy a matar.
Me sumerjo en la tina, limpiando con el cepillo mi espalda y volcando el gel de baño por mis piernas. Me indigno al ver los dedos marcados en mis muslos y caderas. Lo peor es que no puedo recordar nada de lo que ocurrió ayer.
—Mierda —se me escapa. Al rozar mi entrepierna, estoy realmente adolorida. No me gusta nada esto.
—¡Os he dicho que no quiere veros! ¡Largaos! —grita Valentina a la distancia, lo que me hace dar un salto en la tina—. Karol, problemas —chilla Valentina desde el otro lado de la puerta, cortando completamente con mi paz y haciéndome salir de la tina.
Envuelvo mi cabello en una toalla y mi cuerpo en otra, salgo de la habitación para toparme con los ojos de Ruggero y Lionel parados a un lado de mi cama.
—No he podido pararlos, lo siento —dice Valentina y asiento.
—¿Qué hacen aquí? —les pregunto, mientras camino al armario y saco mi pijama cómoda.
—Yo.. voy a dejaros que habléis solos —murmura Valentina, saliendo de la habitación.
—¿Por qué te fuiste sin despertarnos? —indaga Lionel, cruzandose de brazos.
—Quería salir de ahí. Estaba muy desorientada —les doy la espalda y me meto al armario, para colocarme la pijama.
—Acabamos de despertar —dice Ruggero, con voz grave.
—Mira tú... —murmuro, saliendo ya vestida y con la toalla en el cabello.
—¿Qué pasó anoche? —pregunta Lionel, muy preocupado.
—No lo sé, díganme ustedes —les gruño, estirando mi blusa del pijama y mostrando mi pálida piel repleta de marcas.
—Oh por Dios... —jadea Ruggero. El cual retrocede y lleva las manos a su boca.
—No estarán pensando que tuvimos sexo...—murmura Lionel, agarrándose la cabeza.
—Es justo lo que estoy pensando —respondo, lanzandome a la cama. Ambos se sientan en los pies de la cama—. Es mi culpa, no debí decirles que vayamos al hotel en el estado que manejabamos —digo, cubriendo mi rostro.
—Los tres decidimos ir. Estábamos muy borrachos y luego nos pusimos a fumar... Quizás no pasó nada y nos estamos haciendo la cabeza —dice Ruggero, acariciando sus sienes.
—Dile eso al cuello de Karol —gruñe Lionel, horrorizado.
—Haya pasado, lo que haya pasado. Ya pasó, pero jamás volverá a pasar... —les digo. Cubriendo mi cuerpo debajo de las frazadas.
—Quizás debamos descansar, pensar y tal vez recordemos algo... —dice Ruggero, lanzando un gran bostezo.
—Es justo lo que yo haré —digo, acostandome.
—No podemos hacer de cuenta que nada ocurrió —escupe Lionel—. ¿Se sopone que tú y yo tuvimos sexo? —le pregunta a Ruggero.
—¡No lo sé! —grita en respuesta.
—Por Dios... Se nos fue todo de las manos —gruñe, agarrando su cabeza—. No pretendía que mi primera vez con un chico sea así —chilla, me entran ganas de reír pero no lo hago.
—¡No tuvimos sexo! —le grita Ruggero, está enojándose.
—¿Cómo sabes que no? —dice Lionel agudizando la voz.
—¿Y cómo sabes tú que si? —le gruñe Ruggero, poniéndose de pie—. ¡Todo esto no hubiera pasado si tú no me hubieras besado! —exclama, señalandolo con el dedo.
—¡No intentes culparme! Bien que me devolviste el maldito beso —le contesta Lionel.
Debería interceder, meterme y frenar esta disputa, pero no tengo fuerzas para levantar la voz y mucho menos para levantar mi cuerpo de la cama. Estoy demasiado agotada, adolorida y harta.
—No sé en qué estaba pensando... —responde Ruggero, dándonos la espalda y llevándose las manos a la nuca—. Estaba tan cegado con el dolor que... me dejé llevar... —susurra—. Pero fue un grave error —dice, mirando fijamente a los ojos a Lionel.
—¿De verdad quieres hablar de eso? ¿Ahora? ¿En frente a Karol? —le contesta, dándole un empujón en el pecho a Ruggero.
—¡Qué más te da! Dime que te enamoraste de mí para cagarme de risa —se burla, devolviéndole el empujón en el pecho a Lionel.
Doy un brinco de la cama, metiéndome entre ambos chicos y separandolos. Me siento tan débil que espero que se vea reflejado en mis ojos lo suficiente para que no vuelvan a pelearse. Lanzo un suspiro de derrota, mordiendo mi labio y aguantando las lágrimas.
—Quiero que se vayan. Ambos. Ahora —les pido.
—No me iré hasta que él me responda—replica Ruggero, mirando fijamente a Lionel.
—A la única persona de la que estoy enamorado y que voy a amar toda la vida, es Karol —le responde, haciéndome abrir los ojos de par en par—. Pero no por eso voy a despreciar lo que sentí cuando te besé.
Me quedo plasmada, un nudo formándose en lo más profundo de mi alma. Mis piernas me fallan por lo que me siento en la cama nuevamente, mi mirada perdida en la alfombra de peluche blanca. Ambos chicos se lanzan miradas asesinas, se siente la tensión en el aire y me aturde. ¿Cómo pude dejar que esto terminara así? Yo tenía razón, desde un principio sabía que era una mala idea y aún así seguí con este plan estúpido. Se me hizo tan divertido, excitante y renovador que yo también me dejé llevar. Aquí terminamos.
ESTÁS LEYENDO
➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanficSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...