Karol Sevilla:
Acabo de tomar una decisión que se ha comido mi cabeza entera. Mi madre me ayudó bastante ciertamente, tengo demasiados dramas en mi vida y estoy desenfocada en las razones que me trajeron a Seattle. Con lo doloroso que fue tomarla, ahora tendré que contárselo a Lionel y a Ruggero, no tengo idea de como reaccionarán y temo por ello.
Mi madre me ayuda con la silla de ruedas a través del pasillo, observo como Ruggero tiene la vista en el suelo cuando Lionel y Patrick saltan del sofá para gritar un gol, todos se percatan de mi presencia y cuando el reloj marca las doce del mediodía, me preparo para hablar con los dos hombres de mi vida.
Lo que no sabía, es que uno dejaria de serlo.
—Patrick, ¿me acompañas al cuarto? —le dice mi madre.
—Pero va a la mitad del segundo tiemp...—empieza pero mi madre le lanza una mirada asesina, por lo que se calla y ambos se pierden por el pasillo.
—¿Qué ocurre? —dice Ruggero con un hilo de voz.
—No nos asustes—murmura Lionel, el cual rasca su nuca con nerviosismo.
—Bien, ustedes saben que son dos personas muy importantes para mi y lo mucho que los amo. Pero debido a la situación que estoy pasando, he tomado una decisión.
Veo como ambos se tambalean en el lugar, Ruggero porque cree que mi decisión se trata de ellos y Lionel seguramente supone que me refiero a nuestro regreso.
—Tome la decisión de irme con mi madre a Chicago, por un tiempo.
—¿Qué? —la voz de Lionel se rompe y Ruggero a pesar de que no menciona nada, sus ojos me dicen mil palabras.
—¿¡Te irás al otro lado del país!? —dice Ruggero, después de lo que parece una hora. Sus fuertes palabras retumban en mis oídos.
—¿Cuánto tiempo? —dice Lionel.
—Mis intenciones son hasta el fin de las vacaciones, pero quizás sea un poco más. Me iré por un tiempo indefinido.
—Pero... ¿por qué? —observo los ojos empañados de Lionel y se me rompe el corazón.
—Necesito que me entiendan y me apoyen, son los hombres de mi vida—muerdo mi labio para no romper en llanto—, sé que te acabas de mudar Lionel pero yo no te lo pedí y es una decisión en la que vengo pensando hace bastante tiempo.
—Yo... no me importa, tómate el tiempo que necesites para ti misma porque no te voy a dejar de amar. Y cuando regreses, sea cuando sea. Te voy a estar esperando —dice Lionel, terminando de romper los pedazos que yacen en el suelo de mi angustiado corazón.
—Ruggero háblame—le digo, pero él lanza una patada al suelo y se marcha.
Mierda.
No aguanto más, lanzo una maldición y las lágrimas bañan mis mejillas, haciendo que mi madre salga de su habitación y camine hacia mi.
—Será mejor que te vayas Lionel.
—Te voy a esperar, Karol. Cada segundo que tu necesites...—asiento, tratando del calmar mis sollozos.
Una vez que Lionel se marcha, mi madre me abraza fuertemente y me susurra un “todo estará bien”.
Patrick saca la última maleta del taxi y yo me volteo a observar una vez más a la ciudad de mis sueños. Desde pequeña había soñado vivir en Seattle con su clima lluvioso y con sus personas cálidas, pero ahora estoy por subir a un avión para marcharme. De la misma forma en la que llegué hace ya casi tres años, hoy me toca irme.
No pude hablar con Ruggero en los últimos días, me dolió tanto su actitud que me hubiera gustado una última charla antes de marcharme. Entiendo que esté molesto, pero él debe entender que estoy contra la espada y la pared.
He intentado comunicarme con él de mil formas, lo llamé y escribí muchas veces. Aún continuo sin respuesta, agacho la mirada al ver que mi madre nos hace señas desde el interior del aeropuerto. Mis manos y piernas tiemblan, creo que me desmayare en cualquier momento.
Se preguntarán ¿qué estoy por hacer? ¿por qué me voy a subir a un avión cuando no quiero? La respuesta es simple: estoy muy confundida.
Estoy tan confundida que prefiero alejarme antes de lastimar a las personas que amo. Mi piel se eriza cuando me imagino una vida sin Ruggero ni Lionel, son mi vida. En cuanto cruzo los umbrales de la gran puerta del aeropuerto, alguien gritando mi nombre me hace dar media vuelta. Mis esperanzas de que sea Ruggero se desvanecen cuando veo a Lionel correr hacia mí, le sonrío.
—Creí que no iba a llegar—dice, limpiandose un leve sudor de la frente.
—Pero llegaste—le digo.
—Te veremos para abordar, no tardes—dice Patrick tomando mi maleta.
Me acerco a Lionel para despedirme pero en cuanto nuestros cuerpos se tocan, él junta sus labios con los míos. Transmitiendome mil cosas, mil confunciones e inseguridades también.
—Lionel—murmuro, cuando nos separamos.
—Yo... —agacha su mirada, dándome entender que está muy triste—. No quiero que te vayas—acaricia mi mejilla, una lágrima corre por sus pómulos hasta caer al suelo.
—¿Sabes que estás partiendo mi corazón en mil pedazos?
—No como tu estás partiendo el mío al irte a la otra punta del país...
—Volveré tonto, no es permanente. Solo es por tiempo indefinido...
—Me costará mucho no verte—hace una pausa y me toma de la mano—, no pasar por ti en las mañanas, ni almorzar contigo... Me vas a hacer mucha falta—suspira, resignadose sabe que no me hará cambiar de opinión. Él no...
—Tengo que irme—murmuro, limpiando una lágrima de mi mejilla. Ruggero no vendrá.
—Promete que contestaras mis mensajes... —dice y yo asiento, lo abrazo por última vez y camino dentro del aeropuerto.
No vendrá...
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...