Ruggero
La miro a los ojos, acariciando la suave piel de su mejilla. Beso a un lado de mi mano, rozando mis labios contra la piel de su párpado y ella solloza. Deposito otro beso en su frente, otro en su nariz y finalmente bajo a sus labios.
—Todo cambió que te volví a ver. Todo menos el gran amor que siento por ti —murmuro contra sus labios.
La miro y sé que no me cree, veo su inseguridad y desconfianza. No la culpo. Le he mentido tantas veces, le cree tantas inseguridades que ya ni siquiera puedo contarlas. Todo lo he hecho para no lastimarla y cause el efecto contrario.
—Entonces demuéstralo, hazme el amor... —susurra.
—¿T-tú... estás segura? —balbuceo.
Karol estrecha mis mejillas con sus manos, tirándome hacia ella y su respiración se altera. Es cuestión de segundos cuando me empuja sobre la cama, dejándome ahí tirado y confundido.
—Por supuesto que sí —responde, quitándose la blusa por los brazos.
—¿Y el bebé? —indago, completamente desinformado del tema.
—Estará bien —me asegura.
Camina hacia mí y tiro de sus caderas, depositandola en mi regazo mientras dejo besos por todo su cuello. Sus labios se entreabren y suelta un gemido que hace que pierda el control. Había extrañado tanto los ruiditos que hace.
—Te quiero dentro de mí. Te extrañé tanto... —jadea.
—Shhh. Hay mucha gente abajo —le recuerdo.
—Que se vayan al demonio todos —bufa.
Sus manos tiran de mis hombros, dejándome acostado sobre la cama mientras ella se remueve en mi regazo, haciéndome jadear. Desprende el brasier y casi me caigo de espaldas al ver esos pechos que tanto me gustan, ahora más grandes y redondos por el embarazo. La tomo de la cintura, depositandola con cuidado en la cama y colocándome sobre ella. Me deshago de toda mi ropa, lanzandola fuera de mi vista y luego hago lo mismo con la suya.
—¿Me perdonaste? —pregunto. Me siento en la obligación de asegurarme que está completamente segura de hacer esto.
—¿Qué? —jadea confundida.
—¿Me perdonaste? —repito la pregunta.
—Necesito tiempo para pensar —dice rápidamente.
—¿Y por qué vas a tener sexo conmigo si no estás segura? —indago.
—Porque las hormonas me están matando y tú estás aquí —ruge impaciente.
—¿Y si yo fuera alguien más?
—Genial. Tú si que sabes apagar el fuego —bufa, intento salir de debajo de mí, pero la detengo.
Quizás nos vayamos a arrepentir luego, pero lo que ahora necesito es tenerla debajo de mí, gritando y gimiendo mientras le doy lo que necesita. Está desnuda delante a mí, a mi merced y ni siquiera debo preocuparme por usar protección. Sin dudarlo, me coloco entre sus piernas y me hundo en ella haciendo que ahogue un grito. Sus ojos se ponen blancos y tira la cabeza hacia atrás, están tan apretada que la sensación me lleva al cielo.
—Oh... si si —lloriquea. Toma un manojo de mi pelo y tira de el, enrollando las piernas a mi cadera.
—Ah... Demonios —gimo.
Se siente tan bien, tan ardiente tenerla debajo de mí, hundiendome en ella sin ninguna barrera. Llevo la boca a su cuello, dejando chupones por todos sus hombros y clavícula, pero ella me aparta y lleva sus labios a los míos. Me besa ferozmente, nada de delicadeza y eso me hace sentir mal. Hemos tenido nuestros momentos de salvajismo, pero quiero que este momento sea tierno y tranquilo, es nuestro sexo de reencuentro. Necesito disfrutarlo.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...