➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ①④

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Nota: Extraño sus comentarios. No dejen de comentar:( no sean fantasmas perris.

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—¿Qué te hace pensar eso? —me acaricia el muslo desnudo y la corriente eléctrica que eso provoca me pone mucho.

—Sé que no serás para siempre, nadie lo es. Algún día te cansarás de mí o conocerás a alguien mejor, me dejarás y yo no podré volver a amar a otro... —las lágrimas corren una carrera por mis mejillas y él las limpia rápidamente.

—Primero: Nunca me cansaré de ti. Eres algo agobiante a veces, pero nunca me cansaría de ti. Segundo: Jamás podría conocer a alguien mejor que tú, porque aún no nació nadie que te iguale y mucho menos que te supere...

Sus palabras parecen sacadas de una canción de amor y rompo en llanto. Detesto ser tan sensible y a la vez, estar tan borracha.

—¿Por qué eres tan sexy? —lloriqueo, mientras Ruggero me da un beso en la frente y acelera el coche nuevamente.

—Supongo que te agradezco ese cumplido—su risa es música para mis oídos.

—Detente—le digo.

—¿Necesitas vomitar? —pregunta preocupado.

—Detente—repito.

Sale de la carretera y se detiene a un lado, está todo oscuro y hasta tenebroso. Miro por la ventana, no hay nadie perfecto. En cuanto apaga el motor, desprendo mi cinturón de seguridad y me paso a su asiento, sentandome en su regazo. Comienzo a besarlo suavemente, meneando mis caderas contra él.

—¿Qué haces? —en su voz noto la mezcla de nervios y excitación.

—Quiero sexo—murmuro, tomando sus manos y colocándolas en mi cadera.

—¿Aquí? —jadea, cuando mis labios se pierden en su cuello.

—Sí, aquí—mi voz se agita y llevo las manos a su cinturón—. Lo hicimos en un avión —río como una tonta al recordar esa parte de mi sueño.

—Mmm, no recuerdo haberlo hecho en un avión.

—¿Pero no te excita el pensarlo? —meto la mano en sus pantalones y lo toco sobre el bóxer.

—He creado a un monstruo—jadea y luego muerde su labio inferior. Tiro el asiento hacia atrás, dándonos más espacio.

—Vamos, Ruggero. Te deseo—dice suavemente en su oído.

—Estás tomada—me mira fijamente a los ojos. Agarro sus manos y las acerco a mis pechos. Ruggero cierra los ojos y maldice. Tomo su mano y chupo suavemente uno de sus dedos, luego hago lo mismo con dos—. Karol—jadea. Siento su erección contra mi y sonrió triunfante.

—Ruggero, hazme el amor... —susurro. El coloca las manos en mi cuello, sorprendiéndome pero es muy excitante.

Nos levanta en el aire mientras se baja los pantalones y el bóxer, quedando solo con su camiseta.

—Condon—digo, pero él se tensa.

—No tengo—dice, lo miro sorprendida.

—Siempre tienes...

Lo miro desesperada. Me lanzo hacia los asientos de atrás, busco en su mochila y nada.

—Solo venía a buscarte. No creí que tendríamos sexo.

—¡Vamos a comprar! ¡Rápido, rápido! Antes de que se apague el fuego—grito, pasándome hacia el asiento delantero.

—O mejor vamos a casa y lo hacemos en la cama—dice, colocándose los pantalones y arrancando el coche.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora