➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ⑦

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Alexandra Williams:

Mientras Ruggero canta, el golpeador se acerca con su hija en brazos a escucharlo. Aprovecho para acercarme a Giovanna, la ayudo con unos panquecitos.

—¿Hace cuánto lo hace? —le pregunto, sin filtro.

—¿Qué? ¿De qué habla? —me responde, nerviosa y su mirada a parar a la espalda de su marido. Ella entendió de lo que hablo.

—Ese hombre, hace cuanto te golpea—le digo, mientras tiro chispas sobre las galletas.

—Él... No, no me golpea.

—Veo tus brazos y tu rostro, Giovanna—le reprendo.

—Es algo normal, tenemos problemas pero nada más.

—Él es mucho más grande que tú, no normalices la violencia por desacuerdos.

—Él nos ayudó a mi hermana y a mi cuando nuestros padres murieron, no siempre fue así pero los últimos años se ha vuelto muy violento y no puedo irme, tenemos una hija.

—Eso no significa que debas aguantar su maltrato. Giovanna tengo dinero, influencia y contactos, si tu quieres me dices “Me cansé, quiero irme” yo misma te sacaré de aquí—le digo.

—¿Cómo lo notaste? —pregunta.

—Ruggero lo hizo por eso me llamó, yo también me di cuenta cuando entré y tu estabas con los ojos llorosos, los brazos lastimados y ese ojo morado. No hay maquillaje en el mundo que tape tu dolor, linda—le digo, colocando los panquecitos en unos platos.

—No puedo irme, me buscaría. Él también tiene dinero y contactos, me encontraría.

—Ya te lo dije, no es la primera vez que vivo algo así.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

—Bien, no quería llegar a estas medidas pero te lo diré. Hace casi un año me divorcie de mi marido, tenemos dos hijos y me maltrato durante diez años, física y psicológicamente. Me ayudaron a salir de ahí y hasta el día de hoy no he vuelto a saber nada él. Créeme—ella desvía la mirada—. Ruggero terminará de cantar en cualquier momento y la atención volverá a nosotras, con una llamada estás fuera de esta casa en cinco minutos.

—Estoy bien de verdad, ya pasará—me responde, mierda. Estoy tan frustrada, creí que lo lograría.

—Si cambias de opinión, este en mi número. No dudes en llamarme, moveré cielo y tierra para que tú, Lauri y tu hija estén bien.

—Gracias—murmura.

Ruggero Pasquarelli:

Termino de cantar y veo como Alexandra camina con dificultad por el pasto con sus altos tacones, ella trae panquecitos y galletas por lo que las niñas se lanzan sobre ella. Dejo el micrófono a un lado, veo como el esposo de Giovanna que aún no sé su nombre deja a la pequeña en el césped para que camine.

—Muchas gracias por esto, de verdad Lauri está muy contenta—dice, palmeando mi espalda. Pareces muy agradable cretino.

—No hay de que, apenas estoy iniciando con mi carrera y la emoción que sintió Lauri al verme me llenó por completo—el vacío que Karol dejó.

—Es muy hermosa tu novia, pero debe ser mayor que tú—me codea, mirando a Alexandra. Frunzo el ceño.

—No es mi novia, es mi representante y si, es muy hermosa—lo corrijo.

—Venga, dime que no te la has cogido y me voy a reír—ahí estás cretino.

—Tengo una novia, tenía. Hace poco corte una relación—le digo.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora