➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ⑤⑦

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Me quedo varios segundos analizando las palabras de Valentina. Eso es imposible. ¿Huir juntos? ¿Qué carajos es todo eso?

—Esas no son más que patrañas. Ruggero me dijo que iba a venir aquí.

—¿Entonces por qué razón esos cabrones no contestarais sus móviles? —pregunta.

—No lo sé —jadeo. Tiro de mi pelo con fuerza, sintiendo las lágrimas picar en mis ojos.

—Tiene que haber alguna otra explicación. Te lo aseguro, pero por ahora debemos regresar a Seattle.

—¿Y si vienen aquí? —pregunto.

—Si hubieran querido, ya estarían aquí —dice. Y sé que tiene razón.

—Volvamos al hotel. Necesito un baño.

Me pongo de pie y comienzo a caminar hacia la calle.

Mientras mi cabello se seca en mi coronilla, pido unos snaks a la habitación y devoro todo en cuestión de minutos

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Mientras mi cabello se seca en mi coronilla, pido unos snaks a la habitación y devoro todo en cuestión de minutos. Estoy demasiado tensa y eso me causa hambre. Le dije a Ruggero que no viniera y al parecer esa no era su intención. Intento quitar esas ideas de mi cabeza, pero no puedo. Debí suponer que algo así podría pasar, sabía que ese beso que se dieron, ese beso que vi y luego de la noche que pasamos no quedaría en nada. ¿Y si se dio cuenta que Lionel realmente le gustaba? Eso significaría que...¿Me dejó? La cabeza me da vueltas al imaginarme mi vida sin Ruggero, sin su risa, sin su voz, sin su contacto. No me doy cuenta que estoy llorando a mares hasta que Valentina pausa la película y se acuesta a mi lado, abrazándome.

—Juro que si es verdad lo que pienso, le cortaré la pelotas... —murmura.

—Valentina —chillo.

Sólo ella puede hacerme reír en un momento como este.

—Venga que todo estará bien, ¿si?. Quizás os estamos haciendo la cabeza por nada.

—Sí, tienes razón... —murmuro.

—¡Por supuesto, tía! La tengo siempre —se burla.

Golpeo su bonito rostro con el almohadón de peluche gris que hay en la cama.

—Además, ¿por qué iba a huir? Es muy tonto si quiera pensarlo.

—¿Ves? Seguro hay una explicación razonable para todo esto...

—Sí... —murmuro.

Valentina da un salto de la cama y se mueve de un lado al otro guardando sus cosas en las maletas. Después del día de perros que pasamos ayer y todo lo que le sucedió, tengo que cuidarla más que nunca. Soy su hermana mayor después de todo.

—Deberíamos estar listas en treinta minutos para llegar a tiempo al aeropuerto —asiento.

Salgo de la cama y me encierro en el baño un largo rato, me duele demasiado el estómago y seguro es por todas las cosas chatarras que me trague. Intento volver a comunicarme con Ruggero, pero aún me da apagado. Maldita sea. Siento tanta impotencia y molestia. Intento calmarme para cuando camino hacia mis maletas, pero Valentina nota el enojo en mi rostro.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora