➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ②②

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—Hicimos un trueque. Yo le decía lo que planeabas y ella no publicaba esas fotos.

—Fue toda mi culpa, tenías razón. Si Jazmín no tomaba esas fotografías, alguna otra persona podría haberlo hecho.

—No es tu culpa, es una lastima que no podamos tener privacidad en nuestra propia suite pero es algo que ella planeaba.

—Jamás nos dejará en paz—murmuro. Mirando las fotografías.

—Ahora sí. Tengo algo peor sobre ella, el investigador de la familia encontró indicios de unos datos muy oscuros y nada civilizados sobre Jazmín.

—¿Qué clase de datos? —indago.

—No quiero que te entrometas en esto, Karol. Déjame a mí arreglar este lío —dice, besando mi frente.

Se quita la corbata y la tira sobre el sofá, mientras camina hacia la mesa principal. Luce demasiado calmado, a pesar de la situación, así que confío en Ruggero y en que sabrá como resolver esto. Toma su laptop y camina hacia mí, la abre y teclea algo.

—Te compré esto—dice. Volteando la pantalla para que pueda ver.

—¿Un vestido? —pregunto, confundida.

Me levanto y lo observo, es un vestido largo de satén plateado con la cintura empedrada. En cortas palabras: es bellísimo. Pero debe salir una fortuna.

—Y compré esto para mí —dice, deslizando la imagen y mostrando un esmoquin gris con americana a juego y una corbata negra con puntos blancos.

—¿Vamos a ir a algún tipo de fiesta? —pregunto, perdida entre la confusión y el deseo de imaginarlo vestido así.

—Son para la cena de aspirantes a Stanford.

—No estoy entendiendo...

—Te estoy demostrando que si tú quieres ir, iré contigo—deja la laptop y toma mi mano—. Pero si alguien intenta dañarte, no te prometo quedarme callado—acaricia mi mejilla y sonrío.

Es justo lo que necesitaba, jamás volveré a dudar de Ruggero.

—Gracias—murmuro.

—No tienes que agradecer—se sienta a mi lado y me envuelve en sus brazos—. Sabes que siempre estaré, aunque nos odiemos y peleemos a veces, porque además de ser mi novia... Eres mi mejor amiga.

—¿Aunque haya matado a alguien? —pregunto y Ruggero ríe.

—Me llamas y vemos donde encondemos el cuerpo—bromea, pero se pone serio—. Fue una broma, ¿verdad? —pregunta.

—¡Por supuesto que sí! —chillo.

—Aún si no lo fuera. Me mandas un mensajito y lo arreglamos—lanzo una carcajada y me aprieto en sus brazos.

Con Ruggero y en sus brazos, sin dudas es mi lugar favorito. Es donde puedo ser yo misma, sin fingir y aún así, siendo el desastre que soy me ama.

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  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora