—No puede ser, no puede ser, no puede ser...
Me repito a mí misma mientras espero a que llegue Valentina, me entró un ataque de pánico y la llamé para que viniera. Sigo metida en los baños de la estación de servicio, estoy shockeada mirándome al espejo. No quería tener hijos, no me imaginaba como una madre ni ahora ni nunca. Pero en ésta situación, me siento acorralada, siento que las paredes se cierran y están por tragarme. Estoy sola en ésto, Ruggero está en Washington ahora mismo, al otro lado del país. Me frustra demasiado esto, adiós a mi carrera como cirujana, adiós a mi futuro, adiós a...
—Karol—Valentina entra al baño y corre hacia mí —. ¿Qué te ha ocurrido? ¿Te han hecho daño? ¡Contesta hostia! —pregunta revisándome. No tengo fuerzas para hablar, le acerco la prueba de embarazo y ella ahoga un grito de sorpresa—. Joder—murmura, observando el pequeño pedazo de plástico.
—Lo sé—digo, mirando en el espejo mis ojos hinchados de tanto llorar.
—Carallo. Joder. Joder. No sé que decirte tía. Estoy muy sorprendida—dice agarrando su frente.
—Imaginate yo—muerdo mi labio y me limpio las lágrimas—. Ruggero no debe saber de esto—le aclaro.
—Karol, él es su padre. Vosotros sois sus padres—me regaña.
—Tu no sabes lo que hizo Ruggero, como me trató ese día que se marchó. No sabes como me hizo sentir, las cosas terribles que me dijo. Si no me amaba cuando éramos solo nosotros dos, menos lo hará si ahora somos tres. Este bebé lo voy a tener sola. Este bebé no merece ese padre, yo seré su madre y su padre—sentencio tomando la prueba y tirándola a la basura.
—Karol no hagas esto, por favor te lo suplico—me ruega—. Conoces a Ruggero más que yo, sabes que algo debe haber ocurrido para que hiciera lo que hiciera, él te ama...—siento la desesperación en su voz, hay algo que no me lo está diciendo.
—Ruggero y su paternidad es lo último que me importa en este momento. Seguro vuelva a la calle porque Carrik va a matarme—gruño.
—Va a tener que entenderlo—me responde tomando mis manos—. Si te vas tú, me iré contigo.
—Valentina...
—No estás sola, tía. Aquí estoy yo, para ti y para ese pequeño.
—Gracias—le digo abrazándola—. Pero tienes razón, se lo diré a Ruggero en cuanto tenga oportunidad—ella asiente sonriente.
—Está bien. Por cierto, ese color te ha quedado muy mono—me alaga y sonrío.
Luego de que Valentina se vuelva loca observando mi nuevo coche, llegamos a la mansión y se viene el momento de la verdad.
—No es por amargar más tu vida, Karol—murmura Valentina—. Pero mi madre vendrá en unas semanas—ruedo los ojos. He estado de maravilla desde que se fue hace unos días y ahora tendré que volver a ver su operado rostro.
ESTÁS LEYENDO
➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...