➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ①⓪

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Karol Sevilla:

—Él no volverá, Valentina—lloriqueo, acabando con el paquete de pañuelos. Por este embarazo soy un mar de hormonas.

—No puede haber dicho eso en serio. No es tan capullo—intenta consolarme.

—Lo dijo y con una total frialdad—sorbo mi nariz.

—Debes calmarte, le hará mal al bebé—me dice y asiento.

—¿Bebé? —Carrik entra a la habitación sin tocar como siempre.

—Es de muy mal educación escuchar conversaciones ajenas...

—Cállate Valentina—le gruñe.

—Hablábamos metafóricamente—miento.

—Hace días que comes como si tu vida dependiera de ello, duermes mucho y te quejas de dolor de pies. Reconozco los síntomas cuando los veo Itzitery—me gruñe. Lo que me faltaba.

—Sí, estoy embarazada —le digo, suspirando.

—Es lo único que me faltaba—dice, aprentando con su mano su pecho.

—¿Qué te sucede? —le pregunta Valentina.

—Ustedes van a matarme de un disgusto—dice, sacando una caja de pastillas y tragandose una.

—Llama a una ambulancia—le digo.

—¿Es de Ruggero, verdad?—respira con dificultad—. Y ese ingrato no está aquí, maldita sea. Serás una madre soltera y la burla de la sociedad.

—Es de Lionel—dice Valentina, defendiendome.

—Un moribundo, aún peor.

—Tendremos que llevarlo al hospital—le digo, saliendo de la cama y tomándolo del brazo para bajar las escaleras.

—No quiero morir—dice, mientras intentamos meterlo en el auto.

—Joder, tranquilo que hierba mala nunca muere—le dice Valentina, arrancando el coche.

—Llama a Valeria—me suplica y eso hago.

Los dolores en mi vientre aumentan y gimo de dolor, acostandome a un lado de mi padre en el asiento. Sólo tengo dos meses, es imposible que sean contracciones.

—¿Le dijiste a Lionel? —me dice.

—Sí y se hará cargo—le respondo, toma mi mano.

—Deben casarse...

—Tendréis un bebé fuera del puto matrimonio, papá. Es el siglo veintiuno, eso solo pasa en tu época—le grita Valentina, la cual conduce como si de rápido y furioso se tratara.

Abro las piernas, al sentir que algo líquido se desliza sobre ellas. Me toco y efectivamente es sangre.

—Valentina no es por aterrarte. Pero estoy teniendo un aborto espontáneo así que si no llegas en dos minutos Carrik sufrirá un infarto y yo me desangrare—le digo, aguantando las ganas de llorar y entrar en pánico. Aprieto mis muslos para aguantar el dolor y detener la hemorragia.

—Karol—Carrik me mira directamente a los ojos y veo como las lágrimas se mueven por sus mejillas—. Perdóname—dice.

No respondo. Si abro la boca lloraré y no deseo que me vea vulnerable. Llegamos a emergencias, ayudamos a Carrik a ingresar y unos médicos nos ayudan.

—Tuvo dolores de pecho, mareos y sudaba mucho. Probablemente un infarto. No podíamos esperar que llegue la ambulancia—le digo al médico.

—Lo atenderemos—me dice y luego observa la sangre en mis pantalones de pijama blancos.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora