Ruggero
Se habían cumplido dos horas desde que habíamos llegado a la guardia del hospital, en espera de que algún médico se digne a atenderme. Pero ninguno estaba disponible, habían muchas personas en emergencias y no harían la excepción por un macarra sin nombre.
—En un momento vendrá un doctor, lo prometo —me repetía Verónica.
—Es inútil. Además, no tengo una maldita empresa de seguros que me resguarde. ¿Cómo pagaré las consultas?
—Utilizarás mi seguro.
Verónica me mira fijamente, luce muy angustiada casi como una madre que intenta proteger su hijo. Decido callar, dándole una oportunidad a toda esta locura.
¿Qué haré sin en caso tengo un tumor? Tal vez una vez que lo quiten recordaré, sabré al fin quien soy y de donde vengo. Todo al fin tendrá un sentido, un motivo y podré seguir, siendo este un pasado positivo o negativo. Las conclusiones que he sacado hasta el momento con los recuerdos confusos que he tenido es que soy un promiscuo y drogadicto que terminó en una calle casi muerto de sobredosis por motivo propio. Y el avión... debe haber sido un sueño. Algo que ni siquiera existió.
—Ahí está.
Verónica se pone de pie cuando un atractivo médico se nos acerca. Ella luce emocionada, casi eufórica y saco la inmediata conclusión de que le gusta, y por la forma en que el doctor le queda mirando sé que es mutuo.
—Stanley... —murmura con un hilo de voz.
—Verónica, siempre es un gusto verte —extiende su mano hacia ella, estrechandola —. ¿Qué tenemos aquí? —pregunta, haciendo contacto visual conmigo.
Una sonrisa inmedia se dibuja en mis comisuras y extiendo mi mano, saludando con una educación que ni siquiera sabía que tenía. Verónica se sorprende, pero decide callar.
—Soy el doctor Stanley Walker.
—Soy... —empiezo. Entonces recuerdo que no sé quién carajo soy.
—Es mi primo —me interrumpe Verónica.
—Oh... No sabía que tenías raíces italianas —le contesta con una sonrisa extraña.
—Es una larga historia.
—Veré si la sala de tomografías ya está lista. Una enfermera vendrá a prepararte primo de Verónica —dice entre risas cautivadoras—. Mientras ve a mi despacho Vero, así arreglamos los papeles del seguro.
—Si. Claro. Gracias.
Verónica lo mira fijamente, asintiendo hacia Stanley. Él le da una sonrisa plena, como si se conocieran de toda la vida. Siento que aquí hay algo muy fuerte, se siente en el aire.
—Siempre es un gusto... —responde Stanley, marchándose.
Verónica me da un codazo cuando le hago ojitos con el médico, aguanto unas risas y una guapa enfermera me da unas indicaciones.
Al cabo de unos treinta minutos, la enfermera pecha de una silla de ruedas en la que me han obligado a subir por protocolo. Es realmente vergonzoso, me trae recuerdos de cuando tenía el rostro deforme y un brazo enyesado en... Seattle.
—Seattle... —murmuro.
—¿Dijiste algo? —pregunta la enfermera.
—¿En dónde queda Seattle?
—En América.
Lo miro ceñudo, América es un gran continente con muchos países.
—Específicamente —gruño.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...