➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ⑤⑧

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—¿Quieren comer algo? —grita mi madre desde el pasillo.

—¡Estamos bien! —grito devuelta, mientras Ruggero alcanza mis pechos con sus manos y los envuelve, mientras subo y bajo mis caderas.

El sexo debería considerarse una de las maravillas del mundo, o quizás es el sexo con Ruggero lo que me fascina. No solo eso, me tranquiliza, logra que me olvide de cualquier problema. Solo me pierdo en como nuestros cuerpos se atraen y cuando menos nos damos cuenta ya estamos en la cama, es como si encararamos perfectamente.

—Ya casi...—murmuro, mientras él tira la cabeza hacia atrás y muerde su labio. Sus dedos van a parar al punto en que nuestros cuerpos se unen y es suficiente para que lleguemos al climax.

—Te voy a extrañar demasiado—digo, él asiente hacia mí.

Cuando nuestras respiraciones están del todo calmadas, me visto y voy al baño. Una vez que salgo, noto que Ruggero se quedó profundamente dormido. Me acuesto a su lado, colocando mi cabeza en su pecho y entrelazando nuestras piernas. No puedo dejar de observarlo, sus facciones perfectas, la forma en que sus ronquiditos salen y se pierden en la habitación. Estoy demasiado enamorada de Ruggero.

«Debería ser un delito ser tan hermoso».

Mi celular comienza a sonar haciéndome dar un brinco, me alejo de Ruggero sin hacer mucho ruido y contesto.

—¿Hola?

—Hola, Karol—Lionel—. Sé que dijiste que ibas a avisarme pero pasaron cuatro horas y no me llamaste.

—Hola, sí. Me olvidé. Esperaré hasta mañana, tengo un conflicto con mi madre que espero arreglar hoy. Pero gracias—intento sonar convincente. Solo recibo silencio devuelta, hasta después de casi quince segundos dice:

—¿Qué ocurrió? —me dice.

—Nada grave pero no puedo irme sin arreglarlo, te explicaré mejor cuando regrese—contesto.

—Claro, espero que se solucione. Te estaré esperando. No soporto estar en casa de mis padres, ya quiero que regreses así nos vamos a nuestra casa—musita y la piel se me pone de gallina. ¿Cómo voy a hacer esto?

—Claro. Hasta mañana—digo y cuelgo.

Tomo mi cabeza entre mis manos. «¿Qué mierda voy a hacer?».

—¿Todo está bien? —dice Ruggero.

—Sí, todo está... Espera—lo miro fijamente. Él me sonríe y abre sus brazos, corro hacia la cama y me siento en regazo—. Hablaste, estás... hablando—exclamo.

—Se cumplieron los dos días y al parecer mi voz es muy responsable con respecto a los horarios.

—Estoy tan feliz—murmuro, tomando su rostro entre sus manos. Quiero comérmelo, no creí nunca que me sentiría tan dichosa.

—Te amo, Karol Sevilla. Te amo. Te amo—repite, mientras va dejando besos por todo mi rostro.

—Yo te amo más mi amor—acaricio su mejilla.

—No más que yo... —coloca un mechón de mi cabello atrás de mi oreja y muerdo mi labio, pasó tanto tiempo desde la última vez que me sentí así.

—Te voy a extrañar demasiado—me dice, haciendo que finalmente las lágrimas corran.

Esta es nuestra despedida...

—Yo también—peino sus rizos descontrolados.

—Piensa que éstos dos meses servirán para que tú puedas arreglar las cosas con Lionel y yo pueda cumplir un sueño. Es que... todavía no puedo creerlo.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora