➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ③⓪

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Abro la boca sorprendida, mis libros se estrellan contra el suelo. Rápidamente los recojo y miro a Lionel, el cual está más avergonzado que yo.

—¿Crees? —indago, luego de un minuto.

—No estoy seguro —murmura.

—Eso si que no me lo esperaba...

De pronto me entra una risa nerviosa y no sé muy bien porqué motivo. Quizás el hecho de que Lionel acaba de arrojarme un balde de agua fría en la cara o que cabe la posibilidad de que esas fotografías si sean reales. Mi cabeza solo logra realizar una batalla entre mi sentido común, el cual me dice que esto es una pésima idea y mi amor por Lionel, el cual solo quiere verlo bien y feliz. Odio tener esa necesidad de proteger a todo el mundo y asegurarme de que ningún problema los aturda. Realmente lo detesto.

—¿Y Ruggero? Dudo que esté de acuerdo con esta locura —murmuro, mirando hacia el frente para ver si puedo encontrarlo por algún lugar.

—Estoy ampliamente de acuerdo —dice una voz a mis espaldas, haciéndome dar un respingo. Es Ruggero.

Lo miro y las hormonas se me alborotan. Lleva el cabello con rizos despeinado sobre su cara, tiene la camisa con las mangas dobladas y fuera del pantalón, sus labios están más rosados y apetitosos que nunca. Sin darme cuenta estoy mordiendo mi labio inferior.

—Hola Karol. Estás muy hermosa hoy —dice y la carne de me pone de gallina. Me siento una colegiala tonta y enamorada, aunque la verdad es que lo soy.

—¿Estás de acuerdo con esa locura? —gruño.

Hago a un lado mis hormonas y sentimientos para enfocarme en lo que debo, intentar que no nos metamos en un problema peor.

—Sí, ¿por qué no? Si tenemos la posibilidad de ayudar a un amigo, debemos hacerlo —dice, colocando la mano sobre el hombro de Lionel y apretandolo.

—¿No me están mintiendo? Esas fotos, las cuales aún no he visto, ¿no son reales?

—No. Por supuesto que no, es photoshop —dice Ruggero, soltando a Lionel. Lo miro enarcando una ceja.

—De verdad, Karol... —murmura Lionel.

—Te lo juro. No son reales...—Ruggero intenta tomar mi mano pero retrocedo.

—Bonito brasier, Karol —dice uno de los chicos del equipo de Lacrosse; Peter, pasando por nuestro lado y mirándome de pies a cabeza.

—¡El de tu madre! —grita Lionel, mostrándole el dedo corazón. Lo cual hace que se detenga a unos metros de nosotros y nos mire arrogante.

—¿Cuánto cobras para bailarme nena? Sin ropa...

Me remuevo incómoda, alzando mis libros hasta mis pechos y así taparlos. Fue una mala idea venir con esta camisa. Nunca me había sentido tan expuesta y eso que bailo en un club de stripers. El instituto siempre ha sido mi refugio, y ahora también fue irrumpido.

—Voy a matarlo... —gruñe Ruggero e intenta irse sobre Peter.

Antes de que lo haga le coloco las manos en el pecho y lo detengo, por lo que se tranquiliza y me mira, no puedo evitar acariciar donde mis manos están posadas y a Ruggero se le corta la respiración. Pasaron dos días desde que no lo veo y mucho menos de que lo toco. Nos miramos fijamente. Ruggero saca la lengua y humecede sus labios, para luego arrastrar sus dientes por el labio inferior.

—Está bien. Lo haré —murmuro. Separandome incómoda de Ruggero —. Pero no entiendo como esto puede salir bien. Tendremos una relación de a tres a vista de todos, pero en realidad no podemos mantener ni una de dos —me sincero.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora