➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]

➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ③③

—Lionel—mi voz se quiebra, veo de reojo como Valentina me abandona y se mete al cuarto.

—Karol, oye. ¿Te vas de viaje?—dice ampliamente sorprendido.

—No, yo... Me voy a mudar.

Mierda.

—¿De verdad? ¡Te felicito! Ya decía que este apartamento era muy poco para una belleza como tu.

Intenta besarme pero me aparto, muerdo mi labio inferior o me quebrare antes de empezar a hablar.

—¿Qué sucede, amor? —se le quiebra la voz.

—Lo siento, debo irme—empiezo a caminar pero en cuanto cruzo el umbral de la puerta me toma de la muñeca, deteniendome. Una lágrima corre por mi mejilla pero de inmediato la limpio.

—¿Qué significa esto? —veo como sus ojos se llenan de lágrimas.

—Debemos tomarnos un tiempo, Lionel...

¿Cómo carajo terminaré una relación si apenas es la primera que tengo?

—¿Un tiempo? Hablas de... ¿unos días?... ¿unas semanas?

—Un tiempo indefinido.

—¿Por qué? —su voz se quiebra, asienta la espalda en la pared del pasillo—. ¿Hice algo mal? ¿Es por lo de la stripper, verdad? No volví a verla, en serio.

—No es por eso. Yo...

—¿Entonces por qué? Dímelo, por favor.

No puedo decírselo, no puedo romperlo más de lo que ya está. No puedo hacerlo.

—¿Es por otro hombre, verdad?—abro la boca para hablar pero inmediatamente la cierro, solo puedo meter la pata si lo digo.

—Creo que no deberíamos estar hablando de esto aquí...

—Es por eso. Ahora te estás yendo a vivir con el desgraciado. Dime, ¿hace cuanto tiempo me estás engañando con él?

—Lionel, yo no te engañe. Estuve ahorrando y pude alquilar un piso en un lugar mejor que este, puedo conseguir las cosas por mi sola. No necesito a un hombre.

Ahí fue cuando esas palabras retumbaron en mis oídos, una y otra vez, hasta que se grabaron en mi mente. Todo era mentira, pero es lo que en realidad hubiera deseado decirle. Yo no necesito de ningún hombre para ser lo que soy.

—Perdóname. Es que no entiendo porqué estás terminando conmigo, es decir, todo estaba bien. De un día para el otro sales con esto, yo no lo entiendo. Mierda.

—No es que hoy se me ocurrió hacer esto, Lionel. Es algo que viene hace tiempo, necesito tiempo para mi misma. Aclarar mi cabeza, saber que quiero hacer con mi vida. El año que viene entraré a la universidad y debo enfocarme en ello, seré una excelente cirujana y un noviazgo podría alterar mis planes.

—Entonces es por eso... Yo te esperaré, Karol. No importa cuanto tiempo, yo estaré aquí. Ningún otro hombre te amará como lo hago yo y si es que hay otro, el día que él te lastime y tu quieras volver a mi, aquí estaré. Te amo y eres la mujer de mi vida. Soy el hombre de tu vida. Espero que te des cuenta antes de que sea demasiado tarde.

Todo va en cámara lenta cuando pasa de mi y comienza a caminar hacia el elevador, la piel se me pone de gallina y las manos me tiemblan.

Sin dudas esta situación, acaba de cambiar totalmente el panorama que tenía sobre mi vida. No necesito de un hombre para ganar una estabilidad económica, no necesito ni de Lionel, ni de Ruggero. No los necesito, pero aún así los quiero en mi vida.