➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ②①

1.3K 139 9
                                    

Giro mi mirada hacia el pasillo. Ruggero me mira fijamente, con la boca abierta y hasta veo un poco de decepción en su mirada. Espero que no crea que yo hice esto con intención, aunque últimamente ya no sé qué cree de mí. Intento caminar hacia Ruggero pero él se voltea cuando la campana suena anunciado el ingreso a los salones.

—¡¿Qué cojones pasó ahí?! —exclama Valentina, caminando con rapidez hacia mí.

—Te juro que no estaba en mis planes mostrar que Jazmín está pelona, pero creo que Ruggero si lo cree—murmuro con tristeza en mi voz.

—Ve y explícale—sugiere.

—Conociéndolo necesita tiempo, en el almuerzo hablaré con él.

—Como sea... Ya he cumplido mi misión con Colin del noticiero escolar, el anuncio estará disponible para el viernes.

—¿Por qué tanto? —gruño.

—Las noticias de hoy ya está reprogramadas y mañana no hay clases.

—El sábado es la fiesta de Halloween, si Jazmín no va quizás haya más posibilidades de ganar.

—Mira que yo pienso en todo, tía.

—Sí por eso eres la perfecta secuaz—choco su hombro y camino hacia mi clase.

Historia.

Será una hermosa siesta, mientras la profesora habla de todos los hombres fuertes y capaces que lograron la independencia de los Estados Unidos. Creo que es la décimo sexta vez que vemos el mismo tema, es como si quisieran aclararnos una y otra vez sobre este suceso. Mi mente estaba en otro lugar completamente, para darme cuenta que la directora estaba en el salón.

—Sevilla, a mi oficina—dice, con voz grave y firme. Mi piel se puso de gallina y estoy segura de que es por Jazmín.

Todos empezaron a hacer ruidos y gestos, mientras yo solo me limite a asentir y no prestarles atención absoluta. Salí del salón, caminando a pocos metros de la directora con mis piernas flagelando. Me siento como una gelatina humana en estos instantes. Llegamos a su oficina, ella ingresa y se detiene detrás de la puerta para que yo ingrese. La cierra con tanta fuerza que doy un salto, se sienta en su gran silla mientras yo me hago un bollito en una esquina. Me pongo a observar la gran oficina en la que nunca en mi vida estuve, jamás tuvieron un motivo para llamarme. Un gran ventanal de vidrio en el fondo hace que entre mucha luz, hay un borde acolchonado justo en la entrada; a mi mente empiezan a regresar las escenas de Ruggero y yo haciendo el amor salvajemente en el ventanal de su suite anoche.

—Creo que sabe por qué está aquí—gruñe, sacándome de mis pensamientos. Cruza las manos sobre el escritorio y me mira frunciendo el ceño.

¡Por Dios, señora! Si sigue frunciendo así el ceño, va a necesitar botox.

Apenas puedo creer el pensamiento tan superficial y grotesco que acabo de tener. La directora hace un gesto para que me siente en la silla en frente de su escritorio, envolviendo mi cuerpo en mis brazos me siento y espero que no me expulsen.

—No fue a propósito de verdad, Jazmín es una chismosa apenas le hice algo que no fue intencional y ya me acusa. Ella desde hace dos años que no pierde oportunidad para humillarme... —la directora me mira muy confusa—. O... al parecer no hablaba de eso.

Me doy un zape mental mientras ella aleja su silla del escritorio y busca algo en las cajoneras, espero asustada y perdida. Si no fue por Jazmín ¿qué otra razón abría?

—La rectora de la universidad de Stanford se notó muy indignada cuando llamó para cancelar su presencia en la cena anual de aspirantes a ingresar—dice, acercándome una hoja de papel. Respiro, era eso.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora