—¡Eres un idiota!—me separo riendo a carcajadas—. Ruggero, ni así vas a besarme —le digo, golpeando su hombro.
—¿Cómo te diste cuenta? —exclama riendo—. ¡Somos idénticos!
—Te conozco, Rugge —lo miro fijamente—. Conozco el tono de tu voz, el como siempre que te pones nervioso juegas con el dobladillo de la camiseta, note la dificultad que tienes para ver porque vas sin gafas... —a Ruggero le brillan los ojos. Tomo su mano y la abrazo en mi mejilla—. Conozco la textura de tu piel y las asperezas por las callosidades que tienes en la punta de los dedos por las cuerdas de la guitarra. Te conozco, por eso quise bromear contigo —sonrío.
—Yo quería bromear contigo —se queja.
—Jamás podrás hacer eso... —me burlo.
Nos miramos un rato sin decir nada, entrelazamos las manos y me siento muy bien así. No quiero separarme de él jamás.
—Perdóname, nena —murmura, colocando las manos en mi cintura y atrayendo mi cuerpo hacia el suyo—. Perdóname, por favor. Estoy intentando cambiar para que estemos juntos y solo he empeorado las cosas...
—Está bien. Esto está siendo muy difícil para ambos... —acaricio sus nudillos magullados y bajo la mirada—. Pero deja de comportarte como un ex tóxico y celoso —bufo.
—Ya, lo prometo —dice.
Me cuelgo a su cuello y coloco la cabeza en su pecho, sus manos suben a mi espalda y me aprieta con fuerza. Suelto un suspiro de alivio, se siente tan bien estar entre sus brazos y es tan cómodo que me quedaría así toda la vida.
—¿Qué sabes de tu padre? —me pregunta cuando nos separamos.
—Se está muriendo... —susurro.
—¿Irás a Francia?
—Aún no lo sé —le contesto, mientras caminamos al coche.
—Creo que deberías ir... —me dice.
—Tengo miedo —confieso—. Tengo miedo de subirme a un avión y aterrizar con la noticia de que ya murió, no voy a tener en quien apoyarme para afrontar la noticia...
—¿Quieres que vaya contigo? —su voz suena esperanzada, estoy segura que quiere que le diga que sí.
—No creo que eso beneficie a nuestro tiempo alejados.
—¡Al diablo el tiempo! —exclama—. Esto ya no se trata de nosotros Karol, se trata de ti y de tu padre —me regaña.
—Lo sé —envuelvo mi cuerpo con los brazos—. Prefiero ir sola —le respondo.
—Está bien —responde.
Subimos al coche y Ruggero arranca.
—Te dejaré y buscaré a Luna, hoy me tocaba con ella así que la tendré mañana. ¿Te parece bien? —pregunta.
—Sí, está bien —respondo.
Llegamos a la mansión. Nos bajamos del coche y entramos, todos duermen ya que es pasada la medianoche. Justo cuando estoy cruzando por la cocina, la luz se enciende y me aterro al ver a Valeria sentada en el sofá.
—Hasta que llegas... —dice de mala gana, quitándose las antiparras para dormir.
—¿Necesitas algo? —pregunto con ironía.
—Acabo de llegar de Francia, once horas de viaje y no te encontré por ningún lado.
—Estaba trabajando, Valeria —gruño, lanzando mi bolso en el sofá y sentandome frente a ella.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
FanfictionSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...