➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ①⑦

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Pasó ya una semana. Ruggero no volvió a Seattle aún y me siento culpable. Tendría que haberme quedado de todas formas, pero de cierta manera fue lo mejor.

Dany no me quitó mi empleo y es más, duplicó mi salario, se ve que al bar le está yendo bien. Volví a trabajar hace unas noches, estaba deprimida y aún asi debía dibujar una sonrisa en el rostro para todos esos hombres imbéciles. Aún no pude hablar con Lionel del futuro de nuestra relación, ni lo que pasó con Ruggero en esa cabaña.

El timbre me vuelve a la realidad. Estoy entrando al salón de clases cuando choco con alguien, tirando mi celular al suelo y a mi con él.

—Discúlpame—es Ruggero.

—Oye, sé que debes odiarme. Pero no te la agarres con mi celular—me burlo, esperando recibir una risa de su parte pero no. Me ayuda a ponerme de pie.

—Lo siento—dice alzando mi celular con una pequeña ruptura.

—No hay problema—murmuro. Está siento tan frío conmigo...—. ¿Cuándo regresaste?

—Ayer. El puente está arreglado—dice.

—Perdóname, no quise dejarte solo.

—Está bien, Karol. Regresaste con él y lo entiendo, las cosas volverán a ser como antes.

—No regrese con... es decir, si me fui con Lionel pero no regresé con él.

—Entonces avísale, porque según el equipo de fútbol americano él es el héroe que te fue a rescatar.

—Lionel y el equipo de fútbol americano no me importan, tú y yo sabemos la verdad.

—Ese es el problema...—está pensando lo mismo que yo, solo con eso mi vientre empieza a arder, sólo él tiene ese efecto en mí.

—Te extrañe demasiado—tomo su mano, no hay nadie en el pasillo ya.

—Yo también—su pecho sube y baja aceleradamente.

—¿Y si nos saltamos esta clase?

—Estuve afuera una semana, debo completar mis... Bien, vamos—apreta mi mano y empezamos a subir las escaleras, sé a donde voy—. ¿Qué hay aquí...?

—Salones sin ocupar—murmuro, él muerde su labio inferior. Entramos al salón totalmente desierto y sin necesidad de prender la luz me acerco a él, la luz del sol que entra por la ventana es suficiente.

—¿Y para qué queremos un salón sin ocupar?—tira su mochila en el suelo.

—Para cojer con ropa—envuelvo las manos en su cuello. Se sorprende por mis palabras, hasta yo lo estoy.

—¿Y si me niego?—dicta, pero solo ruedo los ojos. Pienso dos veces en lo siguiente pero finalmente lo hago, coloco mi mano sobre el bulto en sus pantalones. Ruggero gime, entreabre los labios y mirándome por debajo de pestañas cuando me arrodillo delante de él—. Bien, entendí el punto—me toma de los hombros levantándome.

—No quieres que...—digo, jugando con el cierre de su pantalón.

—No creo que sea el mejor lugar, ya sabes. Es espeluznante este lu... ¡Ah!—grita, doy un brinco.

—¿Qué ocurrió?—digo, asustada.

—Me agarraste con...—baja la mirada. Oh por Dios — el cierre—su voz se hace más fina.

—Perdón, perdón, perdón—digo alejándome de él, sin saber que hacer.

—No te preocupes, solo... ¡Ah!—vuelve a gritar, cuando baja el cierre por completo.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora