➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ③⑧

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—Lionel—lo separo. Él me mira confundido.

—Sé que por eso me dejaste y no me interesa en que trabajes. Necesito que regreses conmigo, estoy perdido sin ti. Hoy cuando me dijeron que tuviste un paro cardíaco juro que casi se me va la vida, eres mi complemento, cariño—se arrodilla y me acaricia la mejilla, tiene los ojos empañados.

—No fue eso por lo que terminamos —murmuro, veo como sus músculos se tensan.

—¿Entonces?

No puedo decírselo, terminaría de destruirlo. No puedo, perdón.

—Necesitaba enfocarme en mi misma. Mis notas bajaron y necesito un buen promedio para la universidad.

—Karol, si lo que necesitas es tiempo... Yo...

—Lionel—dice firmemente mi madre —, mi hija está muy cansada. Sabes por lo que acaba de pasar, lo mejor es que ella descanse y mañana te espero para cenar. ¿Te parece bien?

—Claro—se levanta y limpia sus ojos—, mañana entonces. Perdón, buenas noches —dice, antes de dar media vuelta y caminar a su coche.

—Gracias, mamá—ella frota mi hombro.

—De nada, cielo. Vámonos.

Me despierto bien temprano y utilizo las muletas para llegar al baño, ya que la silla no cape por la puerta

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Me despierto bien temprano y utilizo las muletas para llegar al baño, ya que la silla no cape por la puerta. Cepillo mis dientes y me aseo como puedo, el yeso en mi pie está siento un gran grano en el culo.

—¿Necesitas ayuda? —mi madre aparece, espantandome.

—Te lo agradecería—digo, sentandome en la cama mientras me ayuda a ponerme los shorts.

—¿Qué te sucedió aquí?—pregunta cuando observa la cicatriz en mi pantorrilla.

—Es una larga historia, pero sabes que soy muy torpe.

—Sí, siempre fue algo característico en ti—ríe.

—Mamá. ¿Ruggero fue al hospital ayer?

—Ruggero estuvo desde que entraste al quirofano hasta que te llevaron a la habitación. Él estaba a tu lado cuando entraste en paro, el pobre entró en pánico y estuvo llorando unas buenas horas. Le importas demasiado.

Un nudo se hace en mi estómago y las lágrimas fluyen por si solas, nunca había sentido algo igual. Necesito verlo.

—Llévame a su casa—digo.

—Acabas de salir del hospital. No puedes... —agacho la mirada—, está bien. Te llevaré.

 Te llevaré

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  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora