➸ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ①①

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—No, no puedo. Perdón—me niego a alejarme, pero mi corazón ahora no responde. Mi lado racional hace que mis piernas retrocedan, apartándome de él.

—Yo... está bien, tranquila—agacha la mirada, no dice más. Toma su camiseta, se la coloca y sale de la habitación.

Quiero llorar, gritar de rabia. Soy una estúpida, pero sé que estoy haciendo lo correcto. No puedo estar con él, menos ahora que me están cayendo las fichas de Lionel. Estoy lastimada, dolida con él pero lo amo, creo. Debo estar cien porciento segura antes de empezar algo con Ruggero, lo que menos quiero es que alguno de los dos salga lastimado.

Frustrada, decido vestirme. Cuando voy bajando las escaleras el olor a hotcakes se siente más cerca. Él está frente al televisor mirando el noticiero local, en el se ve el puente de Seward Park derrumbado. Hay dos coches que prácticamente se los llevó el río, cuatro heridos y un hombre en estado de gravedad.

—Karol—dice suavemente—. Hay unos hotcakes con miel y mantequilla de maní en la cocina, café y chocolate caliente en la mesada superior—me mira de pies a cabeza—. Te queda bien esa ropa—se burla, ese es mi chico.

Llevo unos pantalones de chantal de color mostaza, una blusa blanca que me queda larguísima y pantuflas negras. No me queda mal, solo muy grande. No le respondo, solo le doy una vista hermosa de mi bello dedo del medio.

Bailando hacia la cocina, me sirvo café y en un plato hotcakes. Pongo todo en la isla, comiendo como si no hubiera un mañana. Observo sobre la misma un vaso de agua y una pastilla con un papel pegado, "bébeme". Sonrío, me cuesta tragar la pastilla pero finalmente lo hago, me viene perfecta para la resaca. Termino de comer con la música de fondo que ha colocado en el comedor de Banners "Someone To You", una de mis canciones favoritas.

Me apresuro para alcanzarlo asi cantar el estribillo, me acerco al lavavajillas y como no tengo ni idea como utilizarlo, decido lavar a mano. Hasta que termino el estribillo a pasado, casi tiro la taza cuando me envuelve la cintura con las manos. Cargándome en su hombro, no hago más que gritar y reír.

—Tienes que estar muy molesta para no venir a cantar el coro de Banners conmigo—lo dice como si estuviera triste, pero sé que está bromeando.

—Estaba lavando los trastes—me defiendo.

—Deberías haber venido igual—me tira sobre el sofá, pero eso no queda ahí. Coloca nuevamente la canción, pero esta vez se suma con su guitarra.

—¿No es muy temprano para cantar?

—Nunca es temprano o tarde para cantar—sonríe. La canción continúa, casi terminando, ruedo los ojos comienzo a cantar.

—No quiero morir o desaparecer. Solo quiero ser alguien, solo quiero ser alguien—me sonríe.

—Te sumerges y desapareces sin dejar rastro. Solo quiero ser alguien. Bueno, ¿no se supone que todos?—cierra sus ojos, cantando con toda la pasión que solo él puede hacerlo—. Y si te sientes alejada de todo, quiero ser a quien guíes, porque creo que podrías llevarme por el camino.

—Solo quiero significar algo para alguien, quiero significar algo para alguien. Nunca he tenido a alguien y nunca he tenido un camino a casa, quiero signicar algo para alguien.

—Y si el sol se molesta, y el cielo se enfría. Si las nubes se hacen pesadas y comienzan a caer. Necesito a alguien a quien pueda decir que está conmigo, quiero significar algo para alguien.

—Alguien para ti...

—Alguien para ti...

—Alguien para ti...—finaliza.

  ➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora