Una vez que mi madre cierra fuertemente la puerta de tu habitación, una lágrima desfila por mi mejilla. Ver la decepción en su rostro terminó de destruirme, entiendo lo que ella debe estar pensando y cualquiera lo pensaría. Un día me ven con Lionel y al otro con Ruggero, hasta yo me decepciono de mí misma.
—Ruggero—digo, cuando salgo de la cocina. Él camina hacia mí y me hace un gesto preguntandose que ocurría. Le hago un gesto para que me siga a la habitación.
“¿Ahora si te arrepentiste?” dice en la nota que levanta. Dios que frustración.
—No estoy arrepentida, ni voy a estarlo. Extrañe demasiado esto... nuestros besos, tu cuerpo... —el suspira pesadamente. Debo dejar de hablar o acabaremos de nuevo en la cama—. No puedo arrepentirme, pero eso no quita que me sienta mal...
“Mañana debo volver a Seattle” levanta la nota y le contesto que yo también debo volver, aunque quisiera quedarme aquí. “Te veré allá entonces” en cuanto me hace leer la hoja, toma su celular y hace un gesto de marcharse.
—¿Ya te vas? —pregunto, decepcionada.
“Creí que querías que me vaya” Se me rompe el corazón al leerlo.
—No quiero que te vayas nunca, Ruggero—me acerco y lo beso suavemente. Él hace lo mismo y murmura un “Te amo” por lo cual lo golpeo en el hombro—. No debes hablar—lo regaño y él ríe. Por lo que lo vuelvo a golpear. Dios este hombre no entiende.
“De todas formas, debo darle señales de vida a Alexandra o vendrá a buscarme. Teme que no vuelva a cantar” escribe.
—Está bien. ¿Te irás en Uber? —pregunto y él asiente.
En estos momentos me siento demasiado extraña y sensible, es como si no quisiera que se vaya. Me pone demasiado triste que estemos separados de nuevo, me duele demasiado hacerlo.
“¿Qué te ocurre?”muestra en su celular. “Ya me quedé sin papel” escribe y me hace reír.
—Tendré que regalarte una libreta nueva—río.
“Responde mi pregunta”. Ruedo los ojos, lo único que falta es que lo llene con mis dramas.
—Nada—murmuro. Él toma mi mano y me obliga a que lo mire—. Lo que pasa es que acabo de recuperarte y no quiero que te vayas... —murmuro. Él teclea algo en su celular y me lo envía.
“Yo tampoco quiero irme, pero Alexandra enloquecera si no me ve ahí antes del vuelo y sabes que si me quedo, no dormiremos en absoluto😏”
El emoji pervetido me hace reír y asiento, esperamos en el porche de la casa por el Uber y cuando se estaciona en frente Ruggero me mira. Me besa un beso hermoso y marcha, cuando sube noto que escribe algo en su celular.
“Adiós, te amo. Nos vemos en Seattle”.
El coche se aleja, junto con el hombre que me hace tan feliz.
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➳ LA REINA DE LA NOCHE [Ruggarol]
أدب الهواةSer una chica con dos vidas diferentes no es fácil, ocultarle a mi novio la verdadera profesión que realizo y lo que conlleva esta no es fácil, ser testigo de que como me denigran y tratan de comprar, no es fácil «nada es fácil». Sí, ser yo no es lo...