—Yo más.. —Sentía las caricias de sus dedos en mi cintura, lo que me hacía sentir bien.
Me separé de él finalmente.
—Tenía miedo. —Admití.
—¿De qué? —Cuestionó.
—Antes, cuando me dijiste que teníamos que hablar, pensé que se trataba de algo malo. —Le comenté.
—Perdón. —Dijo.
—Basta, dejá de pedirme perdón, y yo voy a quitarme esta mascarilla.
Él asintió y yo hice todo el procedimiento, para quitarme el producto facial.
—¿Cómo me quedo? Se ve re linda mi piel. —Dije.
—Re, tendrías que hacerme una un día. —Dijo.
—Opino lo mismo. —Asentí convencida. —Aunque tu piel es bonita.
—Bueno, que esté más bonita. —Dijo él.
Asentí y me levanté.
—Me voy a vestir. —Dije y él asintió.
—¿Ese es tu clóset? —Señaló la puerta.
—Sí, hay mucha ropa, ¿querés ver?
Él asintió y nos levantamos para luego ir hasta esa puerta.
—Ta-dá. —Dije abriendo las manos. —Perdón por ser tan presumida.
—Ya me acostumbré. —Dijo él.
—Decime cuál me pongo. —Le dije. —Podemos jugar a la pasarela.
—¿Me modelás? —Dijo él.
—Y sí. —Dije sonriendo.
—Modelame ese. —Él señaló el piso.
Miré ahí confundida y sentí mis mejillas rojas al ver que ahí estaba la tanga negra que había tirado hace un rato.
—Bue, Mateo. —Fingí molestia para tratar de ocultar mi vergüenza.
Agarré la tanga y la guardé esta vez donde era.
—Joda. —Dijo él riendo.
—¿Cual me pongo? —Insistí.
—Este vestido. —Señaló.
—Está precioso. —Dije mirándolo.
—Me lo dieron en Venecia. —Le dije.
—¿Fuiste a Venecia? —Preguntó.
—No, fue mi padrastro. —Dije. —Pero le dieron de regalo ésto para mí. No me lo he puesto aún.
—¿Por qué?
—Porque es precioso y todavía no sé cuando usarlo. —Le dije. —Es demasiado elegante, y hace tiempo no voy a una gala..
Y era así, el vestido era demasiado elegante.
—Bueno, probátelo.
—Pero salí. —Lo empujé del clóset.
Cerré la puerta y comencé a cambiarme mirando toda mi ropa.
Salí del clóset y lo miré. Él se incorporó en mi cama y me miró en silencio.
—¿Qué tal? —Posé.
Mateo sonrió al ver que posé.
—Fua, te queda más lindo. —Dijo mirándome de pies a cabeza.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro, me encantaba que me lo dijera.
—Ya lo sabía. —Dije y lo miré fijamente antes de dar una vuelta.
Algo dentro mío se removió al ver como se mordía el labio al mirarme.
Se notaba que le había gustado.
—Cuando lo usés me tenés que llamar para yo verte. —Dijo él.
—Ya me estás viendo. —Dije yo.
—Sí, pero quiero ver cuando todos te miren como “wow”. Así como yo te miro en este momento..
Sonreí de lado.
No creo que haya alguien más que me mire igual a él...
Maratón 3/? Lo cierro aquí? Ya deben tener sueño<3
Las amooo🥺❤️