—Eres la novia de Mateo, ¿no? —Preguntó aquel hombre.
Yo estaba tomando mis cosas para irme ya, justo Mateo me había dicho que necesitaba que nos viéramos, así que iba donde él.
Había acabado de terminar una sesión de fotos y me había topado con aquel hombre que Mateo denominaba como “caza talentos”.
—Sí.. —Dije mirándolo con inquietud.
No lo era exactamente, pero sabía a lo que se refería. Además, no era algo que me interesara reprochar.
—¿Qué hace aquí? —Pregunté confundida.
No entendía por qué darse la coincidencia de encontrarnos dos veces.
—Soy el hermano de Sam. —Explicó.
Y eso sí que lo explicaba.
—Ah, hola. —Saludé recién.
Él sonrió.
—Me alegra encontrarte, estoy ansioso por ir a ver jugar a tu novio. —Dijo él.
—Sí. —Sonreí. —Yo también estoy ansiosa porque vaya, Mateo se está preparando bien con su equipo, anoche entrenaron hasta tarde.
—Que bien, me encanta la disciplina. Bueno, solo quería saludarte y preguntarte por él. Nos vemos. —Dijo antes de irse.
Asentí con la cabeza y salí para tomar el Uber.
Habíamos quedado de vernos cerca del colegio como punto de encuentro. La verdad no sabía que era, pero yo tenía una invitación que hacerle.
Me habían dado un pago y quería salir con Mateo a comprar ropa juntos.
Además, me hizo caer en cuenta de que no tenía casi ropa deportiva, así que podíamos ir a comprar en Nike.
Pagué el auto y salí con una sonrisa de solo verlo allí parado.
Mateo se había convertido en el centro de atención para mi vida, obviamente estaba muy centrada en mi carrera, pero lo que teníamos se había convertido en ese algo especial que ahora tenía en mi vida.
—Hola, Teo. —Lo saludé antes de plantarle un beso.
—Hola, amor. —Dijo con una sonrisa.
Me gustaba mucho que me dijera así.
—Vos y tu hábito de verte tan preciosa siempre. —Dijo él.
No podía con él, era lo mejor que había llegado a mi vida.
—¿Necesitabas decirme algo? Yo tengo que decirte algo. —Le dije.
—Sí, pero primero vamos a un lugar. —Me dijo antes de tomar mi mano.
—¿Adónde? —Pregunté.
Él me guiñó un ojo y comenzamos a caminar.
—¿Qué me querías decir vos? —Preguntó.
—Ah, es para hacerte una invitación y que me acompañes al centro comercial, a hacer unas compras. —Dije.
Mencioné el tema muy por encima porque no quería que Mateo me dijera que no, y lo conocía, podía darle vergüenza que lo invitara, pero si lo hacía era porque quería y tenía el dinero suficiente.
—Claro. ¿Cuándo es? —Preguntó.
—El sábado, el domingo tengo la sesión de fotos que arregló el modelo de la agencia. —Dije.
—¿Ese modelo te da confianza? —Preguntó.
—No lo conozco, solo estoy feliz porque es la estrella de la agencia. —Dije honestamente. —Y siendo sincera, también para poner en su lugar a la piba del camerino.
—Está bien, supongo. —Dijo él antes de besar mi mejilla.
Segundos después estábamos frente al parque de diversiones viejo del barrio, sonreí al verlo.
—¿Venimos para acá? —Pregunté.
Él asintió en silencio y entramos. Era un lindo.
—¿Te gusta el algodón de azúcar? —Preguntó él.
—No, pero es lindo. —Dije y él se rió.
Mateo y yo nos subimos en distintas atracciones, hasta llegar a la rueda de la fortuna.
—Es mi favorita. —Le dije cuando estábamos subiendo.
—Me gusta mucho. —Dijo él.
La rueda daba lentas vueltas, hasta dejarnos arriba.
—Me encanta la vista. —Dije mirando la ciudad.
—A mí la mía. —Dijo él.
Lo miré y noté que tenía su mirada puesta en mí, haciendo que sonría enternecida.
Estaba segura de que no lo merecía..
—Te amo. —Besé sus labios.
Iba a alejarme pero él juntó sus labios para besarme suavemente por largos segundos, un beso demasiado tierno y con el que transmitimos nuestros sentimientos.
Sus labios liberaron lentamente los míos, pero nuestros rostros seguían en cercanía.
—Sé mi novia..
Ya era horaaaa.
Maratón 1/? Activaas❤️🥺
Les tengo una sorpresa x cierto 😁🤐❤️
