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—Mamá, voy tarde. —Avisé acomodando mis tacones altos con rapidez.

—Y corre. —Dijo mientras cocinaba.

Resoplé un poco y salí de mi casa. Ahora tenía que correr con estos tacones de dos metros.

Como mi padrastro no estaba tendría que ir en un colectivo, así que caminé a rápidos pasos hasta la parada y tomé uno allí para ir ala dirección que me habían indicado para ir a la agencia de modelaje.

Hace cuatro años, soy modelo, desde los doce para ser más exactos. Solo que, no he tenido oportunidad en buenos lugares, no aún. Pero justo en este momento veía el momento de mi gloria venir.

Me senté en el colectivo y obviamente todas las miradas se vinieron a mi. O sea, si me creo muy linda pero igual era obvio, estaba vestida con un vestido hermoso y elegante, mi cabello estaba impecable y mis tacones se veían bastante costosos, y lo eran.

Yo me hice la indiferente todo el camino, mirando a la ventana mientras trataba de no ponerme nerviosa porque tenía que ir a una de las agencias que más me habían llamado la atención.

Casi chillaba de la emoción imaginando que un día, luego de pasar, podría terminar yendo a Europa y Asia, siendo una de las mejores modelos.

Cuando llegué me quedé algo pasmada mirando lo grande que se veía la agencia desde afuera. Tomé aire y entré allá.

Cuando iba por el pasillo podía ver los de "logística" pasando on las hileras de ropa, llevaban distintos vestidos de colores llamativos y brillantes.

Seguí caminando hasta donde me habían indicado y me di cuenta que había llegado al ver muchas chicas vestidas con ropa como la mía y mirándose mal la una a la otra.

En seguida me puse a la defensiva y adapté la misma expresión soberbia, aunque estaba algo nerviosa porque no me esperaba que hubiera tanta gente.

—¿Está Maicol? —Pregunté mirando al guardia que pasaba.

Él me miró divertido.

—Todas están aquí para ver a Maicol. —Dijo y acto seguido se fue.

¿Todas eran debutantes como yo?

Ellas también me miraron con burla y respiré profundo para no empezar a hablar. Ellas eran igual que yo, no me iba a dejar tratar por menos.

Una chica veía mis tacones con disgusto.

—¿Qué, los querés? —Me brulé.

—¿Esa basura? —Preguntó irónica.

Arrugué el ceño y reí seco.

—¿Sabés lo que costaron? Estos no los conseguís en ningún sitio. —Dije y ella bufó.

—sí, se de quien son. yo tengo los míos, son del mismo diseñador, la diferencia es que los tuyos pasaron hace una temporada. —Dijo y rió un poco al final.

sentí que por dentro me encogí pero me limité a reír también y mirar hacia otro lugar con ganas de explotar.

Quería huir, pero necesitaba esto.






Holaaa<3

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora