Miré a Mateo chocar las manos con los de su equipo y otro grupo de chicos hacerse del otro lado de la cancha.
—¡Vamos! —Le gritó una chica a un pibe del otro grupo.
Arrugué el ceño confundida y miré como la gente veía emocionada. ¿Tanto chiste tiene?
Miré como algunos pibes en las gradas la miraban a ella y me puse celosa. Sí, lo admito; así soy.
Quería la atención en mi. ¿O no ven acaso lo cara que soy?
—¡Vamos, teo! —Grité mirándolo y llamando la atención no solo de las personas de las gradas sino también los chicos que estaban con Mateo.
El último sin embargo, fue el último en mirarme y lo hizo algo extrañado.
Alcé mis dos pulgares y él rió negando con la cabeza.
Los pibes comenzaron a molestar a Mateo y yo sonreí moviendo un poco mi cabello.
Se que algunos piensan que soy muy pesada, pero también se que otros me desean.
El partido inició y yo comencé a mirar atenta lo que hacían en el partido. Si no fuera porque cada equipo tenía una camisa de color distinto, ya me habría perdido.
Miré atenta cuando Mateo tuvo el balón en sus pies y se acercó bastante a la zona del arco. Le dio una patada al balón pero no logró que entrara.
Negué con la cabeza y sentí como me miraban, giré mi cabeza un poco y vi a un pibe algo bonito, pero yo nunca coqueteaba de forma directa, así que solo me giré como si nada y seguí mirando a Mateo jugar.
Sonreí cuando por fin anotó un gol y vi como todos sus amigos chocaban la mano con él o le daban algunas palmaditas en la espalda mientras celebraban.
Estaba esperando a que me mirara y me dedicara un gol como había visto antes en redes sociales.
Cuando por fin me miró me sonrió e igual yo lo hice, pero mi sonrisa se desvaneció cuando vi como me hacía un "fuck you".
Bufé mientras escuchaba como habían unas pequeñas risas de fondo.
Lo odio.
El partido acabó y aunque no entendí muy bien, parecía que el equipo de Mateo había ganado.
Ellos salieron de la canchas y se acercaron a las gradas para sentarse mientras charlaban entre ellos y reían.
Mateo se acercó a mi con una sonrisa.
—Buen partido. —Se elogió a sí mismo.
Yo alcé una ceja viendo como sacaba un termo con agua.
—He visto mejores. —Dije y él rodó los ojos aún con esas estúpida sonrisa.
Mateo terminó de tomar agua y guardó de nuevo el termo.
—Creí que me dedicarías un gol. —Dije mirándolo.
—¿No te gustó? —Se burló.
—No, todo el mundo vio eso. —Dije y él rió.
Se le veía muy alegre.
—¿Entonces que querías? —Cuestionó poniendo sus manos en mi cintura y causando que mis nervios se activaran.
Nunca me había puesto así por un chico.
Otro porque estoy muy agradecida con el apoyo<3
