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—¿Qué vamos a hacer? —Pregunté.

Ya estábamos en un auto que Mateo alquiló dirigiéndonos a algún lugar que solo sabía él.

Miraba distraída el paisaje, era un lugar sumamente precioso.

—Alquilé una casa vacacional, solamente están las personas que atienden. Tipo no nos toca hacer la cocina, ni limpiar. —Dijo él y yo sonreí mirándolo. —Genial, ¿no? Firman un contrato en el que aseguran no decir nada a nadie de nosotros ni sacar fotos, ya sabés, privacidad.

—Por su puesto. —Dije sacando el celular.

—Es muy grande, está la casa que tiene todo, bar, billar, un mini cine.. es como un cine personal, claramente está la piscina, hay canchita para que juguemos, parquecito para tomar el té.. ¡hay todo! —Dijo mientras pasaba la canción de la radio.

—Quien diría que íbamos a vivir así, Mateo. —Dije y él asintió. —¿Cuándo se te ocurrió esto?

—Y lo estaba pensando en irme de vacaciones yo. —Dijo él. —Y luego pensé que me daba paja ir solo.

—¿Por qué no trajiste a Ignacio y a Santi? —Pregunté.

—Porque luego se me ocurrió ir con vos y bueno, necesitamos tiempo a solas. —Bajó y subió las cejas. —Y luego yo pensé, "bueno, ella tiene que trabajar, no se va a ir conmigo", pero luego no negaste la relación en la tv y yo dije bueno, me importa un carajo, me la llevo como sea. —Dijo y negué con la cabeza antes de darle un pequeño beso.

Volví la vista en el camino.

—¿Seguro sabés donde es? —Cuestioné.

Él no respondió nada y giré a mirarlo, solo llevaba una sonrisa en su rostro.

—Ey. —Dije y él me miró. —¿Qué pensás o qué?

—¿De qué? —Dijo él y yo rodé los ojos.

—Vos, distraído. —Le dije y él alzó ambas cejas.

—Ah, estaba pensando en nuest..

—¡Mateo una persona! —Grité y él frenó en seco pero escuchamos un pequeño golpe.

Cerré mis ojos con fuerza antes de golpear mi frente con mi mano.

—La concha de mi hermana. —Puteó Mateo en voz baja antes de sacarse el cinturón de seguridad al igual que yo.

Ambos nos bajamos del auto y corrimos hasta la parte delantera viendo a un pibe sobando su cabeza mientras se sentaba en el pavimento.

—Disculpame, amigo. ¿Estás bien? —Preguntó Mateo incómodo mientras yo miraba al chico preocupada.

—Sí, me duele un poco la pierna derecha. —Dijo él.

Mateo se agachó y le miró la pierna antes de hacer una mueca.

—¿Llamamos a emergencias? —Preguntó Mateo y yo hice una mueca.

No podíamos correr el riesgo de que supieran que habíamos chocado a alguien y que además estábamos Mateo y yo juntos.

—No, está bien.. vivo cerca. —Dijo él

Mateo hizo una mueca y trató de ayudarlo a levantar pero este se quejó.

—¿Te llevamos en el auto? Sí, mejor. Oli ayudame. —Habló Mateo y el chico asintió.

Yo me acerqué para ayudar a Mateo a subir el chico atrás mientras este jadeaba adolorido.

Mateo se subió al puesto de adelante y yo decidí quedarme atrás para ayudar al chico por si necesitaba algo.

—¿Puedes guiarnos a tu casa? —Dijo Mateo.

El chico asintió mientras yo miraba angustiada su pierna.

—¿Te duele mucho? —Le pregunté y toqué delicadamente la parte afectada, a lo que él se quejó

—Solo un poco. —Me reí y él me miró mal.

—Perdón. —Suspiré antes de rodar los ojos.

—Seguís por este camino y vas a ver una casa vacacional, ahí vivo. —Dijo él.

Mateo frenó y nos miró, más que todo a él.

—Ah, justo allá vamos nosotros...






Mmm, ¿qué piensan?

Las amo estrellitas hermosas, hace tiempo no hago un maratón, así que si mañana no pasa algún imprevisto quisiera hacer uno bien larguito<3 descansen.

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora