—¡Listo!
El grito del fotógrafo me hace salir de mi personaje de modelo para salir e ir al camerino.
—¡Te fue genial! —Gritó mi estilista.
Yo le sonreí mientras me sentaba en la silla para permitir que ella retirara el maquillaje de mi rostro.
—¿Puedo pedirte un favor? —Le dije y ella asintió sin dejar de limpiar mi piel. —Voy a un partido de mi novio, ¿podés ponerme un maquillaje lindo pero tranqui?
—Por supuesto. —Asintió y yo le agradecí con una sonrisa antes de sacar el celular.
Hace un año que firmé con esta agencia y la verdad que me ha ido genial en demasiados aspectos, primero (y no es por ser egocéntrica; o sí), he destacado como siempre y eso me sirve mucho, segundo, mi renovación interna me ayudó demasiado a la convivencia.
Antes era sí o sí demasiado estresante para mí tener que ir a la empresa y compartir tiempo con más personas, tiempo o espacio, yo quería todo para mí, el tiempo para mí, el escenario y la atención, todo para mí.
El ambiente ahora se me hace más liviano y he conocido a pibas con las que es muy lindo convivir; de la misma manera, he encontrado a algunas que son un guión repetitivo de mi yo del pasado.
Como Roxana, que me mira todo el tiempo mal y trata de sobresalir más que todos. Tiene que saber que conmigo no se va a llevar mal ni aunque quiera, y que incluso cuando necesite apoyo yo voy a estar.
Porque si algo aprendí es que todos necesitamos apoyo en algún momento de nuestras vidas.
—Ya está. —Dijo mi estilista.
Me miré entonces al espejo y noté lo bonita que había quedado.
—¡Ay, gracias! —Sonreí parándome.
—No hay de qué. Saludame a Julieta. —Dijo y yo asentí.
Me cambié la ropa antes de salir del lugar, afuera por suerte ya me esperaba el chófer, así que solo fue entrar y él comenzó a conducir.
Le marqué a mi mamá y enseguida oí su voz del otro lado de la línea.
—Se lo comió todo la gordita, ahora está jugando con Liz. —Dijo ella y sonreí suspirando.
—Pero, ¿está lista? —Cuestioné. —Porque vamos tarde al partido de Mateo y como es él debe estar que se muere. Más si no ve a Julieta, es un intenso del orto siendo papá. —Dije y oí una carcajada por parte de mi mamá.
Y me lo había advertido.
“—Olivia vos no vas y yo me mato.”
—Ya, ya la nena está lista. —Dijo y asentí. —Peor que fuera indiferente con la niña, ahí sí te cabría. —Dijo y yo rodé los ojos.
—Tenés toda la razón, mamá. Ya estoy que llego así que pendiente. —Le dije.
Corté la llamada y me miré en el retrovisor antes de arreglar el collar que tenía puesto, era el que Mateo me regaló hace años de “cumpleaños”. Solo me lo saco en las sesiones y para bañarme, de resto lo tengo puesto hasta para dormir.
Abrí Instagram y vi una notificación de Nacho comentando giladas en la ultima foto que había subido, era una con Mateo.
Y sí, en cuanto nos volvimos novios confirmamos nuestra relación, no había nada que tuviéramos que esperar para hacerla oficial para el mundo.
Yo regresé a mis redes sociales, aunque un tanto ausente, más que todo para ver cosas y de vez en cuando publicar una foto de Mateo o de Julieta.