Mess [✓]

22

—Yo.. yo la invité. —Habló Mateo.

Mordí mi mejilla interna mientras trataba de retener todo lo que quería decirle.

Es su amiga, te van a odiar si la tratas mal.

—¿Por qué? —Preguntó ella.

Se veía molesta.

Mateo miró de reojo a Ignacio antes de llevarse a su amiga, probablemente a hablar.

—Disculpa ella..

—¿En serio? ¿tanto problema porque estoy aquí? Hay miles de personas aquí. —Le dije a Ignacio, aunque no lo miraba.

—Es que vos..

—¿Soy muy importante para ella acaso?

Reí secamente mientras mi malhumor salía a flote.

Siempre hacía ello, siempre me hacía la prepotente para no verme débil, pero en realidad me molestaba mucho ello.

¿Por qué me odia? Ni siquiera se quien es.

—Tendrías que saberlo, vos sabés muy bien que no le agradas a casi..

—A nadie, ya sé. —Dije seca. —No tenés que recalcarlo.

—Yo no..

—No importa. —Dije y desvié mi mirada a donde Mateo hablaba con su amiga.

Ella se veía algo ofendida, de brazos cruzados, sin mirarlo a él aunque le estuviera hablando.

—¿Bailamos o no? —Preguntó.

Yo asentí y seguimos el camino para comenzar a bailar, no solía bailar reggaetón porque eso no era lo que bailaban en las galas, pero sabía bailar. Bueno, bailaba en mi cuarto, o en la ducha..

Ignacio y yo nos movíamos al ritmo de la música y sin darme cuenta, el malhumor se había ido, incluso me estaba haciendo reír.

—Te halagaría, pero no quiero aportarle a tu ego. —Dijo él y yo rodé los ojos con una sonrisa.

—Quiero tomar algo. —Le dije y él asintió.

—Todavía no tomés. —Escuché a Mateo atrás.

Ignacio y yo lo miramos.

—¿Convenciste a tu amiga de no sacarme? —Pregunté arrogante.

Mateo rió secamente.

—Vamos a la mesa. —Dijo apuntando a donde estábamos con sus amigos hace un rato.

—No pienso sentarme con tu amiga. —Dije firme.

—Si ella se quiere sentar con vos, no veo por qué vos no con ella. —Dijo riendo.

Mi semblante se enserió. Arañé el torso de mi mano disgustada con lo que había dicho.

Él si que me hacía sentir mal ahora.

—Supongo que realmente ella es más importante. —Asentí con la cabeza antes de darme la vuelta para ir por algo de tomar.

Podía oír a Mateo detrás, y no sabía si me parecía bien, porque en realidad en parte estaba realmente ofendida con ese comentario.

—Ey. —Detuve mis pasos cuando Mateo me alcanzó y se puso en frente de mi. —Lo siento.. solo me estresé un poco.

—Bueno, quizá te vaya mejor si me voy. —Dije y él negó con la cabeza.

—Si te traje es porque me gustó la idea de que estuvieras aquí. —Dijo y pasé saliva al sentirme aliviada con ese comentario.

¿Por qué?

—Vamos. —Tomó mi muñeca con una mini sonrisa.

Formé también una pequeña sonrisa y lo seguí, lo seguí ignorando esa voz en mi cabeza que me decía que debía irme, pero no sabía por qué.

Como perro y gato mantienen.