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Olivia

Había decidido bajar a hablar con Pedro cuando el corazón se me detuvo, ya me parecía más que obvio que Mateo iba a estar ahí, pero verlo hizo que toda una corriente recorriera mi cuerpo. Aun así, me cayó como un valde de agua helada verlo abrazando por los hombros a su amiga que si no mal recuerdaba se llamaba Laura.

Esa pendeja a la que nunca le caí bien, y que por ende nunca me agradó a mí, pero ya estaba grande como para reaccionar de alguna forma que habría reaccionado en la secundaria, como cuando le tiré a esa piba un plato de ensalada encima.

No, no se trataba de la edad, se trataba de que me había dado cuenta de quién quería ser yo. No es que no nos tenga que importar lo que digan de nosotros, solo que no hay que darle demasiada trascendencia.

De todas formas, si la gente dijera que yo era una mala persona y no lo fuera, seguramente me pasaría sus comentarios por el orto (cosa que a veces hago de igual manera), pero me afecta porque se que es verdad, y ya no quiero ser eso.

Se que muchas personas podrían seguirme viendo como esa persona grosera aunque pase el tiempo pero quiero ser mejor para mí, no para Mateo, sino para mí y para mi bebé, para mi mamá, mi hermana e incluso para Adrián.

Cuando somos reales con nosotros mismos solemos ser reales con los demás. Se que ser mejor para mí provocaría el efecto colateral de ser mejor para todas las personas.

Y bueno, para quien no, no sería culpa mía y por ende sería algo de lo que no debía preocuparme.

Mientras tanto, entendía por qué Mateo había reaccionado así, por qué Mateo había llegado al límite de tolerar mis estupideces, mi comportamiento e incluso su irritación porque era cierto, lo rechacé sutilmente varias veces, y él no tendría ni idea de que ese día le iba a pedir que fuera mi novio.

Estaba en su derecho de no sentirse tan culpable, o lo que sea, ya no me importaba eso.

Fui tan insegura. Y es que me cuesta perdonarme a mí misma, ¿cómo no me va a costar aún más perdonar a otra persona?

No lo rechacé porque no lo quisiera, y cuánto más lo pensaba me daba cuenta que a veces lo hice inconscientemente, lo quería a mi lado sin dar pasos firmes porque aún sentía que estaba dejando todo en el pasado.

Fui una estúpida, lo admito, y ahora que estoy hecha piezas pequeñas, necesito reconstruirme para al menos poder sonreírle y borrar absolutamente todo lo que pasó, tomar su mano sin rencor hacia él o hacia mí misma y decirle lo que siento.

Pero las cosas no eran así de fácil, ahora tenía que verlo de lejos con otra piba que puede que sea simplemente su amiga o que le tenga las re ganas y esté aprovechando la oportunidad que (con todo derecho) Mateo le puede estar brindando.

El problema es que aunque creo que puedo esperar hasta reestablecerme para volver a hablarle, tengo que hacerlo ahora porque llevo un bebé suyo en mi barriga.

Pero hoy no, hoy no iba a ser el día, porque aunque entendía no significaba que no me doliera mucho el corazón, y que además estaba más que claro que él estaba e iba a estar ocupado.

Así que por supuesto me di la vuelta y subí de vuelta a mi casa.

—¿Entonces? —Dijo mi mamá, a la que le había avisado claramente que iba a ir a decirle.

—No estaban. —Mentí.

—Olivia. —Me miró dudosa.

—Es enserio. Luego miraré como lo encuentro, en una de esas debe estar en su casa, no me voy a tardar, te lo prometo. —Dije nerviosa.












Holaaa, ¿cómo están?
Pido disculpas por no haber actualizado antes pero estaba de vacaciones, haciéndome semi presente con pequeños mensajes en mi tablero xd.

Lo bueno es que voy a seguir actualizando<3 las amo.

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora