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Mateo

—¿Qué te pasa, hermana? —Dije molesto.

—Fue un beso, Mateo. ¿Qué más da? —Dijo algo risueña.

—Yo tengo una persona para darle besos, ¿va? —Dije antes de cargar a Santi para poder cruzar la calle.

Estaba hablando por celular con Georgina, esta situación me estaba sacando de quicio ya.

Detestaba los malentendidos, más desde que pasó lo de la separación de Olivia y yo.

No quería que cometiera el mismo error que yo. Que me dejé llevar por lo que pensaba y dejé las cosas así.

—Más te vale que desmintás eso. —Dije, ya estaba llegando al hotel, afortunadamente.

—Nunca he dicho que tenemos una relación, Mateo. Dejate de joder. —Dijo ella y rodé los ojos antes de hundir mi lengua en mi mejilla. —Si querés decir algo al respecto estás en tu derecho, yo no tengo nada que aclarar.

De un momento a otro se había vuelto demasiado pesada.

—Dale, tranquila, yo lo digo. Pero más vale que vos no te pongás a hablar cosas que no son, eh. —Dije antes de cortar y entrar al hotel.

Guardé el celular en el bolsillo, y miré a Santi que me miraba fijo.

—Pa'. —Dijo mirándome.

—¿Qué? —Entré al ascensor.

—¿Tas enojado? —Cuestionó y yo negué con la cabeza. —Vo' tas serio.

—¿Querés que sonría? —Le pregunté y él asintió con una sonrisa que me contagio. —Te amo. —Besé sonoramente su mejilla.

Cuando las puertas se abrieron caminé hasta la puerta de Olivia y toqué, necesitaba hablar con ella sí o sí. Las cosas no se quedaban así, ni que ella no me importara.

Entendía que ella malinterpretara las cosas pero tenía que escucharme. Yo estaba hablando tranqui con ella, todo normal, fue antes del partido incluso, jugué muy mal porque tenía miedo de que claramente ella lo viera. Cuando salí del partido fue obvio que ella lo había visto, y tenía tanta vergüenza con ella que no pude ni llamarla. No quería escribirle ni mucho menos ir a una cena justo después de eso, pero no creí que ella iba a tomar hasta las tres de la mañana.

Cuando se me pasó la llamé porque en algún momento teníamos que hablar, pero ella no respondió mis llamadas, no abrió la puerta, y cuando dije en recepción si ella había regresado y me dijeron que no, fue cuando me preocupé.

No podía dormir así que la esperé ahí, hasta que llegó con el tarado de Luciano que encima es un aprovechado.

La puerta se abrió dejándome ver a la hermosa Olivia, estaba maquillada y organizada. Me miró fijamente y suspiró.

—Tenemos que hablar, Olivia, es enserio. No me importa lo que pensés ahora, necesito que me escuchés. ¿Okey? —Dije.

Ella me miró, como esperando que le dijera algo más.

—Por favor. —Dije alzando ambas cejas.

Ella rió seca y asintió.

—Está bien. —Dijo y yo agradecí a los cielos que ella aceptara.

—Esperate dejo a Santi con Nacho, no vayás a cerrar la puerta. —Dije y ella asintió.

Caminé hasta la puerta de enfrente y toqué para luego ver a Nacho ahí.

—Mirá, voy a hablar con Olivia. —Le dije a él.

Él hizo una mueca y solo tomó a Santi en silencio.

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora