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Mateo


"Te perdono".


Bufé, ¿y eso qué significaba?


Sorpresa. Una hora después de la llamada Olivia me había desbloqueado y además enviado un mensaje.


Pero no estaba de buen humor. Bloqueé el celular con el corazón doliendo y le di una calada al porro.


—No hagás eso, hermano. —Me dijo un compañero del equipo.


Hace mucho tiempo no fumaba y de hecho me metería en problemas si el DT se daba cuenta, aunque estaba seguro de que mis compañeros no dirían nada.


—Ya se termina. —Fue lo único que dije.


A parte tenía partido recién en cinco días, y como dije antes hace mucho no tenía un porro en mi mano.


Pero es que no me sentía muy bien, y a decir verdad no solo muy bien sini que directamente me sentía mal.


Acababa de hablar con Olivia hace un rato y la había tratado bastante mal; no me sentía orgulloso de eso, pero venía con una racha de malos días, y que me llamara justo luego de ver esas fotos en las redes con su amigo me puso mal.


Porque ambos sabíamos que a él le gustaba ella.


Y bueno, han pasado años pero quién sabe, al final entre ella y yo también se interpusieron varios años de distancia, y cuando volví a verla todo lo que sentía floreció.


Y ahora de nuevo estábamos lejos.


—Nos vemos. —Le dije a los wachos antes de irme.


Ahí estaba yendo para el hotel en mi coche, que iba conduciendo mi chófer, por supuesto.


A diferencia de siempre quise ir atrás porque sabía que el olor a porro en mí y no quería incomodarlo.


Miré mis ojos en el retrovisor, estaban algo rojos y achinados como solían ponerse cada vez que fumaba, que en realidad eran pocas. Más que todo fumaba cuando estaba en la secundaria, pero también eran escasas las veces.


Una vez que llegué me despedí del chofer y subí cansado, quería ir a ver algo en el sofá y quedarme dormido ahí. No tenía sueño pero quería estar dormido, y si simplemente me iba a la cama no iba a conciliar mi sueño, sino que únicamente iba a terminar con Olivia martillando en mi cabeza.


—Apestás, Mateo. —Dijo Ignacio apenas entré, tomó a Santi y se fue a su habitación.


—Sos un boludo. —Me reí sin ganas. Como si él no fumara.


Hace días venía molesto conmigo para empeorar la situación, parecía una piba, me miraba feo y ni siquiera me decía que le pasaba.

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora