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Caminé por las calles que, pese a la hora, aún se veían habitadas. Caminaba igual con poca compañía, pero al menos contaba con la luz de las farolas. Miraba mis pies constantemente mientras agitaba continuamente mis manos al caminar.

¿En serio tener una figura bonita era lo que me iba a ser feliz?

Porque justo ahora (aunque ya lo hubiera pensado antes), solo podía pensar en lo que iba a ser de mi vida entonces en un futuro. Toda mi vida iba a estar evitando alimentar mis gustos porque mi prioridad era tener una cintura estrecha y una piel firme, sin grasa.. ¿esa iba a ser mi razón para vivir, para existir?

Tarde o temprano eso no iba a llenarme, pero aunque he sido consciente de eso, también estoy al tanto de que no tengo algo mejor para dar o para hacer; y, que mis padres iban a seguir presionándome con hacer este tipo de cosas.

Cuando vi un pequeño restaurante del barrio en el que vendían chucherías, entré y de inmediato pedí un hot dog y una porción de papitas a la francesa. La verdad que hace como un año no comía nada de esto. No me quejaba tampoco, porque ello había dado un buen resultado, ya que, aunque aún no le agradaba a as personas, era porque era bastante engreída, más ahora no podrían rechazarme por mi físico.

Estoy segura de que al menos debo ser de los rostros más lindos del colegio, por no decir que el más lindo.

Mi boca se hizo agua cuando pusieron el enorme hot dog en mi mesa y las papitas que se veían tan grasosas pero tan crocantes. 

Aunque sentí algo de nervios, dejés esto de lado y con la rabia y hambre que tenía, agarré las salsas que habían en la mesa y embarré el perro caliente con éstas.

En seguida comencé a comerlo con muchas ganas, soltando un "mmm" de vez en cuando, por lo rico que estaba. Cada mordisco que daba solo me hacía pensar en las verduras que había estado comiendo, y sentía algo de rabia.

Miré a los lados cuando sentí una mirada sobre mi, y me avergoncé terriblemente al ver a Mateo Palacios sentado en una de las mesas comiéndose una 'salchipapa'. Cuando notó que lo había pillado mirándome, desvió su mirada y siguió comiendo sus papas.

Me dieron ganas de llorar tan solo de la sugestión que tenía de solo pensar lo que podría decir. Capaz se iba a burlar por verme así.

Por suerte ya había comido el perro, así que solo me comí el resto de papas para huir de ese lugar con miedo de ser juzgada.






Pido disculpas si se les hace muy larga.<3

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora