Mateo
Siendo sincero estaba algo nervioso, pero ansiaba conocerlos. Quería que esto fuera lo más serio posible y que con Olivia diéramos este paso me ponía muy feliz.
Más después de las palabras que me había dicho Jorge, aquel hombre que vino a verme jugar.
Me habló apenas un poco del partido, pero de pronto mencionó a Olivia.
—¿Ya son novios? —Cuestionó.
—Sí. —Dije mirándola a ella.
Estaba algo molesto porque no entendía por qué no quiso ni que saludara a su padrastro, y me ponía nervioso la idea de que para ella ésto no fuera algo completamente serio.
—Yo que vos no me enamoraría mucho. —Dijo él mirándola.
—¿Eh? —Fruncí el ceño.
—Vamos, amigo, es una modelo, y es hija de un empresario con demasiada influencia nacional e internacional. —Dijo.
Yo sabía que su padrastro tenía dinero, pero no sabía en qué trabajaba.
—¿Y qué tiene que ver? —Pregunté.
—No quiero ser malo, pero soy hermano de el hombre que está a cargo de la agencia en la que trabaja tu novia. Y creeme, las modelos son mujeres demasiado superficiales, un día te quieren, un día no. Ella es hermosa, y se le van a presentar miles de chicos. —Dijo él.
Mi corazón se pinchó con sus palabras.
—Olivia no es así.. —Dije, aunque sentía que me lo decía a mí más que a él.
—No, no digo que ella lo sea, ni siquiera la conozco. Solo te doy mi opinión, y un consejo. —Dijo él.
A decir verdad, sus palabras me habían provocado demasiadas inseguridades, pero ahora que me había invitado a cenar con su familia mis dudas se fueron.
Ella no era como esas modelos que describió Jorge, y nos amábamos de verdad.
—Hola. —Me saludó “Adrián”.
—Hola. —Respondí con una sonrisa.
Él me ofreció su mano y la estrechó enseguida amablemente. Era un hombre intimidante, sin embargo, parecía amable.
—¿Cómo estás? Mi nombre es Adrián. —Dijo él.
—Bien, algo agotado.—Dije sincero. —Soy Mateo.
—Bueno, un gusto. —Sonrió. —Te dijo Olivia sobre la invitación, ¿no?
—Sí, muchas gracias. —Dije.
—¿Le hablaste a tu papá? —Preguntó él.
—Debe estar dormido ya, seguramente. Le pondré un mensaje para que no se preocupe. —Dije y él asintió.
—Vamos, entonces. —Dijo antes de entrar al auto.
Yo caminé y me subí atrás, creí que Olivia se haría adelante pero se subió atrás conmigo.
Le escribí un mensaje a mi papá avisándole que me quedaría donde Olivia, y le escribí a Ignacio diciéndole que luego hablábamos ua que no paraba de escribirme.
El viaje fue todo en silencio, quería hablar con Olivia y besarla, pero no me sentía muy cómodo frente a Adrián, ella no se veía cómoda frente a él, así que me transmitía esa sensación.
—Llegamos. —Avisó él.
Bajé del auto y ayudé a Olivia a salir, cerré la puerta y tomé su mano.
Adrián notó eso y vi que sonrió, no sé por qué a Olivia no le agradaba.
Había que reconocer que Olivia era alguien antipática, quizá no le había dado una oportunidad.
Adrián abrió la puerta y nos hizo pasar para luego pasar él. Un aroma delicioso invadió inmediatamente mis fosas nasales, y mi boca se hizo agua.
—Huele delicioso. —Dije con una sonrisa.
—Dejame presumir sobre mi esposa, tiene un gran dote para cocinar. —Dijo él antes de cerrar la puerta y colgar las llaves en el llavero.
—Eso creo. —Dije.
Olivia estaba completamente callada, y eso me preocupaba.
—¿Estás bien? —Le pregunté en voz baja mientras veía como Adrián iba a la cocina.
—No sé, me pone nerviosa todo ésto. —Dijo.
—No voy a volver si enserio te incomoda. —Dije mirándola.
—No es eso, Adrián se comporta bien de repente, y eso me pone nerviosa. No quiero hacerte pasar ningún momento incómodo a vos. —Dijo ella.
Sonreí al verla así por mí.
—No pasa nada, si me trata mal solo entenderé que no le agrado, no puede hacerme nada. Lo único que me importa sos vos.. —Dije antes de darle un pequeño beso en los labios.
Ella sonrió de lado.
—Te tengo una sorpresa en la habitación, por cierto. —Ensanchó su sonrisa.
—¿En serio? —Me mordí el labio.
—No es lo que pensás, pervertido. —Dijo riendo.
No tienen idea de lo enamorado que me tenía.
2/3 ❤️
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