Tenía mis labios apretándose entre sí, luchando por no largarme a llorar, las lágrimas salían una tras otra aunque las limpiara inútilmente.
—No llorés, bebé. —Dijo Mateo mirándome.
—Es que no es justo. —Dije triste. —No es justo que se metan tanto al punto de haber generado esto en nosotros, te juro que yo estaba tan enamorada de vos y nunca se me habría pasado por la cabeza dejarte. Todos esos boludos que me miran son solo eso, unos boludos. Pasaron cuatro años, Mateo. No ha pasado un día en que yo considere estar con alguien más allá de un ámbito sexual, porque realmente sigo sintiendo esa apatía por las personas. Y con vos fue todo tan diferente posta.
La pequeña sonrisa de Mateo me daba mil años de vida.
—Me duele mucho lo que te pasó con todas esas inseguridades, pero me jode un poco que no hayas confiado en nosotros. Te juro que te entiendo pero me duele todo lo que pasó a raíz de eso, y es que es gracioso porque vos estabas lastimado, pero yo necesitaba ser salvada, y vos fuiste justo eso que me sostuvo.. que te fueras fue tan difícil, porque con vos me abrí, con vos lo intenté, con vos me sentía bien, porque me sentía bien no solo con vos sino conmigo misma, lograste hacer lo que yo nunca fui capaz de hacer y lo que no soy capaz de hacer desde que te dije. —Pronuncié frustrada.
Porque cuando nunca ves la luz es difícil saber cual de nosotros dos estaba hundiéndose.
—Perdón, Oli. Ahora me doy cuenta que hice todo mal, y no tengo nada que hacer contra el pasado, solo pedirte perdón y empezar de nuevo. Volver a decirte que estoy muerto por vos.. — Decidió limpiar mis lágrimas nuevamente, aunque el suyo también estuviera llenas de éstas. —Siento haberte hecho tanto daño.
—Yo tampoco te dije lo de Marlon porque estaba esperando que me dijeras lo de Córdoba, boludo. —Reí al confesarlo. —Y en la misma cena que es lo peor, Mateo. Ni una bien hacemos. —Dije y él rió conmigo. —Por eso no te dije lo de Córdoba, cuando me enteré, por lo mismo que vos no me dijiste que sabías lo de Marlon.
Él se rió mientras negaba con la cabeza.
—Y cuando me dijiste en el restaurante como habían sido las cosas, me la re tiraste ahí y yo me quise matar. —Dijo aún riendo. —Quería arreglar las cosas con vos pero no me contestabas.
Yo reí y él me miró con tanto amor que se me iba a explotar el corazón.
—También te amo.. —Dije mientras sentía mis mejillas enrojecerse.
—Ah.. —Suspiró enamorado. —Dejame comerte la boca.
—Bue. —Reí. —Que pedís permiso, ayer en la fiesta me mandaste pa'l baño y me re colaste esos dedos.
Él se rió y luego mordió su labio.
—Ayer fue trampa, tenías un vestido que por poco y se te veía el orto, y yo con unas re ganas de comerte toda. —Dijo y nos reímos. —Y el otro pelotudo se te hacía el lindo.. ni ahí ese.
—¿Y qué tiene de malo? es lindo. —Dije y él alzó una ceja.
—Nada que ver, con mi chica no. —Dijo negando con la cabeza.
—Ah, ni sabía yo que soy tu chica. —Dije yo alzando las cejas.
—Vos sos eso y más. —Dijo antes de tomar mis mejillas para besar mis labios.
—Quedate esta vez, ¿sí? —Le dije mirándolo a los ojos.
—Me quedo para siempre.. —Volvió a besarme.
*Enamorada*
Si no vuelvo a actualizar es culpa de Truenit00, corta.