Desbloqueé mi celular. Estaba mal que se olvidara, pero como dije antes, hoy debía decírselo sí o sí.
Serví más vino en mi copa y entré a Instagram para hablarle, pero no llegué a hacerlo porque una imagen me detuvo.
Sentí una punzada en mi pecho antes de sentir los latidos de mi corazón en mi garganta; mi respiración se agitó a la vez que mis ojos ardían.
Eran Mateo y Georgina en el estadio besándose.
Me levanté corriendo de la mesa hasta el baño y pronto sentí ese ácido en mi garganta. Caí de rodillas frente al retrete y boté todo.. vomitaba y vomitaba mientras las lágrimas salían de mis ojos.
No era posible. Me estaba doliendo tanto el corazón.
Él tenía hoy sus ojos puestos en ella mientras yo esperaba ansiosa que regresara para decirle que se quedara a mi lado.
¿Al menos no pasé el ridículo, no?
Que me importa hacer el ridículo o no ahora. Cerré mis ojos con fuerza mientras sentía como de nuevo mi garganta desechaba todo.
Me levanté con asco y tiré de la cadena. Odiaba vomitar.
Me acerqué al lavamanos y comencé a enjuagar mi boca.
Cerré la llave y me miré al espejo, tenía el rimel corrido, y me hizo recordar a ese tiempo en la secundaria.
Sí, podía verme ahí perfectamente. Esa adolescente estúpida que era un asco.
Los sollozos comenzaron a escaparse de mi boca mientras ponía mis manos en mis ojos.
Había planeado tanto esto para que saliera tan mal. Tenía vergüenza conmigo misma.
Él enserio parecía amarme. Y aunque quería creer que quizá no había sido nada importante para él, ni siquiera me había llamado luego de eso.
Un dolor se apoderó de mi corazón cuando pensé en la posibilidad de que incluso aún él pudiera estar con ella.
Enjuagué mi rostro nuevamente, eliminando el resto de lágrimas aunque eso significara arruinar mi maquillaje.
—¿Podés darme tres botellas más? —Pedí.
El hombre me miró algo preocupado, pero no dijo nada, solo fue por las botellas, así que agradecí.
¿Fui demasiado ilusa?
Los recuerdos en la finca, nuestra pelea, la llamada de Georgina. Era tan obvio.
Yo confiaba tan ciegamente en él, quizá me creía tan suficiente como para poder pensar que él se iría con otra.
Tomé aire, pero eso no fue suficiente para detener mis lágrimas.
Claro que no era suficiente, si era el mismo desastre de siempre. Eso era yo, solo un desastre.
Cuando el hombre dejó las botellas me dispuse únicamente a tomar copa tras copa, y las copas se convirtieron en botellas.
Ignoré las sugerencias del mesero, del dueño y el timbre de mi celular. Quería tomar hasta morirme.
Holaa. Quisiera seguir subiendo pero no puedo.🥺
Mañana probablemente les de otro maratón. Ojalá mañana estén activas como hoy, me hicieron muy felices, hermosas. Las amo❤️