Mess [✓]

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Me puse a editar una foto que me había tomado con Mateo, para subirla a Instagram.

Estábamos sentados en una banca del parque.

Sabía que Adrián se iba a a dar cuenta, y ya realmente no me importaba, era algo que estaba dispuesta a afrontar.

—¿Por qué te gusta tanto este parque? —Preguntó Mateo mirándome.

—Porque era donde me sentía más feliz de pequeña. —Dije.

Publiqué la foto y guardé el celular.

—De pequeña tenía muchos problemas en casa, teníamos una economía bastante.. yo diría que casi nula. Mi papá no le gustaba que mi mamá saliera y él era un borracho. —Expliqué antes de apoyar mi cabeza en su hombro. —Solo salía con mi mamá acá, y solo veía a mi papá sobrio cuando él me traía aquí.

Mateo pasó sus manos por mis hombros, abrazándome, y apoyó suavemente su cabeza en la mía.

Miraba a los niños jugar y los recuerdos de cuando era una niña venían a mi cabeza, llenándome de nostalgia.

—¿Y te duelen esos recuerdos? —Preguntó.

—No, de hecho me hacen feliz. Porque al menos había algo bueno que me salvaba. —Dije y sonreí. —La última vez que lo vi fue acá, no es el mejor recuerdo de todas formas, porque subí a la rueda de la fortuna y cuando bajé.. él ya no estaba.

—¿Lo extrañas? —Preguntó.

—No. Creo que hizo bien. Se portó muy bien conmigo ese día, era mi cumpleaños. —Dije. —Me compró un pastelito, jugó un rato conmigo y se fué. Creo que se dio cuenta que nos estaba haciendo mal.

Suspiré y alejé mi cabeza para mirar a Mateo.

—Me alegra poder compartir este lugar contigo.. porque en serio a mí me encanta. —Dije y él me miró a los ojos antes de plantar un pequeño beso en mis labios.

Estuvimos así entre besos un rato, y riendo de vez en cuando, mirando como el atardecer pintaba el cielo y como éste se oscurecía cada vez más.

—¿Cuándo es tu cumpleaños? —Preguntó Mateo.

—Fue.. hace como una semana de hecho. —Dije haciendo cuentas.

Mateo frunció el ceño. —¿Qué?

Yo lo miré sin entender.

—¿Por qué no me dijiste? —Dijo con un tono algo molesto.

—Eh.. no sé, no lo celebro desde esa vez. —Dije.

Mateo me miraba fijamente sin entender.

—¿Por qué? —Cuestionó.

—Adrián dice que los cumpleaños son una estupidez. —Expliqué. —Y mi mamá estuvo de acuerdo con él, y bueno, con el tiempo creo que me dejó de importar.

—No es una estupidez, eu. Hay que celebrar tu cumpleaños. —Dijo él mirándome con el ceño levemente fruncido.

Sonreí al ver su preocupación por la situación.

—Supongo. —Alcé los hombros.

—Chiquita.. —Me besó.

Disfruten mientras puedan :D ahre nO.

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