—Buenos días. —Bajé las escaleras de mi casa. —¿Camilo? —Pregunté al no verlo en el comedor.
—Aún duerme. —Dijo mi mamá.
—¿Cómo la pasaron anoche? —Preguntó mi mamá.
—Bien, supongo. —Dije yo antes de comenzar a comer. —Es un buen amigo. —Dije a propósito.
Anoche caminamos solo un poco ya que me puse de peor humor luego de lo de Mateo. Cuando llegamos a casa vimos una película y por suerte todo fue muy amistoso entre nosotros dos.
Insistió con que no le gustaba dormir solo pero lo mandé al cuarto de huéspedes, sabía que no era cierto.
Luego del desayuno Adrián me llevó al colegio y estuve ahí rápidamente. Estaba un poco ansiosa porque hoy era la "oportunidad".
Así que a la salida del colegio tendría que ir a donde me había indicado Alejandro. A él le había enviado una foto de como me veía, de que ya estaba sana. Me dijo que en un rato me mandaba las instrucciones de como debía ir.
Cuando entré al colegio me reí un poco por lo boludo que era Mateo, ayer me había enojado por que no quería malentendidos, pero ahora me daba risa porque solo era eso, un malentendido.
Cuando iba hacia el salón, vi afuera a Mateo hablando con quien si no me equivocaba se llamaba Camila. Chica a la que él había besado y que me había golpeado en la cafetería.
La sonrisa que tenía en mi rostro desapareció por completo al ver como hablaban animadamente, y no era boluda, esa piba le sonreía con coquetería.
Somos amigos, no puedo decirle nada.
Entré al salón algo molesta y dejé la mochila en el puesto.
¿Por qué tenía que hablar con esa? ¿le gustaba? ¿me besó en mi casa solo porque pintó? ¿por calentura?
Quizá él solo quería ser mi amigo.
No, porque no se habría puesto celoso ayer.
Quizá no estaba celoso.
Quizá es solo un estúpido.
—Es un estúpido. —Asentí con la cabeza.
Mateo entró hablando con Ignacio y se sentó, no lo miré en toda la clase, ni él a mí. Así estuvimos incluso en el recreo, donde me senté con Ariana, una de esas pibas que en el colegio consideran inalcanzable.
—Lindos zapatos. —Me dijo.
—Lo mismo. —Sonreí al igual que ella.
Una más hipócrita que la otra.
Ya me había cansado de ignorar a Mateo así que en un tiempo libre de la penúltima clase, me levanté de mi puesto y me fui a sentar con Mateo e Ignacio.
—Hola, yo existo. —Dije mirándolo.
—Hola, ya lo sabía. —Respondió Mateo.
—Hola. —Me sonrió Ignacio.
—¿Estás molesto? —Pregunté.
—No. —Ni me miró.
—Entonces por qué me ignorás. —Dije alzando una ceja.
Él alzó los hombros y yo bufé.
—¿Quién era el de ayer? —Preguntó Ignacio.
Sabía que lo preguntaba por Mateo, pero alcé los hombros sin dar una respuesta.
Cuando venía al colegio pensé en aclarar el malentendido, pero él también estaba con esa chica, así que no iba a decir nada.
Voy a hacer maratón en la madrugada<3